Un Ayuntamiento de puro teatro

Leticia Ortiz (SPC)
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La polémica de los titiriteros es, de momento, la última de una larga lista que acumula ya el Consistorio madrileño en los pocos meses que Manuela Carmena lleva como alcaldesa

Unos niños asisten a una obra catalogada como infantil. Es Carnaval y Madrid, como tantas otras ciudades, celebra la festividad más canalla del año, la que dará paso a la Cuaresma. La obra se titula La Bruja y Don Cristóbal. A cada cerdo le llega su San Martín y forma parte del antiguo género de los Títeres de Cachiporras, una rama del teatro de marionetas que se caracteriza por la irreverencia y lo políticamente incorrecto. A pesar de esa antigua tradición, que se remontar a la Edad Media, nadie se espera que, entre otras escenas, los pequeños tengan que contemplar el ahorcamiento de un juez, la violación de una mujer y la exhibición de una pancarta en la que se lee GORA ALKA-ETA. Comienza así el enésimo escándalo de la era Carmena al frente del Ayuntamiento de Madrid.

Desde que el PSOE decidió apoyar a la marca blanca de Podemos, Ahora Madrid, para arrebatar el poder de la capital al PP, después de dos décadas, las polémicas, las rectificaciones y las medidas marcadas ideológicamente han caracterizado el día a día del Consistorio. De hecho, de todas las promesas moradas de envergadura realizadas en campaña, tan solo se ha cumplido, de manera completa, la de la paralización de los desahucios. El resto parece sepultada entre medidas superficiales que no han hecho más que aumentar las voces críticas.

Más allá de sus ostentosas vacaciones de verano, cuestionadas desde algunos sectores, Carmena comenzó su legislatura lidiando el escándalo de Guillermo Zapata, su concejal de Cultura que apenas duró unas horas en el cargo después de que salieran a la luz varios tuits con bromas macabras con las víctimas del terrorismo y del Holocausto como protagonistas. No fue el único edil cuestionado en un primer momento, puesto que Rita Maestre, elegida como portavoz del Gobierno municipal, también tuvo que explicar, y deberá hacerlo, además, ante un juez, su participación en el asalto, sin apenas ropa, a la capilla de la Universidad Complutense. El padre de Maestre, curiosamente, desató también la polémica al ser nombrado, de manera directa, nuevo subdirector de la oficina de atención al contribuyente de la Agencia Tributaria del Ayuntamiento.

No fue el único cargo impuesto a dedo por el Ejecutivo municipal, pues Carmena designó como coordinador general de Alcaldía a Luis Cueto, marido de su sobrina, incumpliendo así la normativa implantada por la anterior alcaldesa, Ana Botella, que impedía fichar a familiares para cubrir puestos.

Errática Mayer. La dimisión de Zapata, que se aferró, eso sí, a su acta de concejal, dejó a Celia Mayer como responsable de Cultura. Y desde su departamento han salido las polémicas más mediáticas del Ayuntamiento. Antes de los carnavales, la Navidad reflejó que la ideología prima en las decisiones de Ahora Madrid. Así, el Consistorio preparó un programa multicultural en el que el cristianismo, raíz de la fiesta que se celebra en esos días, quedó aparcado a la mínima expresión. La cabalgata de Reyes fue la guinda a esa nueva Navidad impulsada por el Ayuntamiento. Desde la vestimenta de los Reyes hasta la música elegida, pasando por los discursos laicos en una fiesta cristiana, desataron las críticas contra el Ejecutivo.

Y de la religión al franquismo, otro de los temas estrella de la nueva Corporación. De un día para otro y sin avisar, Manuela Carmena hizo rugir a la grúa y percutir a los martillos. Sin consultar con Patrimonio, el Ayuntamiento retiró vestigios que consideraban parte de la dictadura como la placa que honraba al falangista José García Vara (fusilado durante la República) y el reconocimiento a los frailes carmelitas fusilados (que no solo no ejercieron la violencia o la represión, sino que la sufrieron). En cuanto al cambio de nombres de calles franquistas, las más claras, como la Plaza Arriba España, se retiraron para cumplir con la Ley de Memoria Histórica. Sin embargo, la polémica volvió a aparecer cuando surgió un listado según el cual el Ayuntamiento podría plantear retirar las calles a personas del mundo de la cultura o el deporte como Salvador Dalí, Miguel Mihura, Manuel Machado, o Santiago Bernabéu.

Los toros. En ese triunvirato de odios de Ahora Madrid aparecen también los toros. Tras retirar la subvención municipal a la Escuela Taurina Marcial Lalanda, la institución ha denunciado que el Consistorio se ha quedado con los 30.000 euros ligados al Premio Nacional de Tauromaquia que les concedió el Gobierno. Asimismo, el Ayuntamiento ha retirado la Fiesta como activo turístico de la ciudad en su página web.

Iniciativas como que los niños recogieran las colillas de cigarrillos para colaborar en la limpieza de Madrid o las cooperativas de madres para limpiar los colegios son otras de las ideas planteadas por una Manuela Carmena abonada al escándalo.