La temporada de víboras envía a un hombre de 75 años al HUBU

Á.M.
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Las picaduras de estos ofidios no son extrañas y se manifiestan con la llegada del calor a la provincia

La provincia de Burgos es la que mayor número de incidencias por picadura de víbora registra en toda la región y una de las que tienen los índices más altos de toda España. Eso no significa que haya una mordedura cada día. De hecho, los casos que acaban requiriendo tratamiento hospitalario apenas alcanzan una decena al año, pero sí conviene recordar que estos ofidios no son una broma y pueden entrañar peligro serio para niños y personas mayores.

La primavera ha sido relativamente fría y eso ha impedido a los reptiles salir de su hibernación a mediados de estación, motivo por el que estos días comienzan a activarse, aunque con dificultades. «En cuanto sienten la presencia humana se van, pero si todavía no tienen fuerza suficiente las puedes encontrar en los caminos como si estuvieran inertes», explica el director del Aula de Medio Ambiente de Caja de Burgos, Miguel Ángel Pinto. Suele ser en estos momentos cuando se produce la mayoría de los accidentes.

Su presencia en las inmediaciones de la capital no es extraña. Incluso es habitual en barrios como Cortes o Villatoro. También en al Alfoz y, por supuesto, en comarcas menos habitadas. La última urgencia atendida por el HUBU se produjo esta misma semana. El pasado martes, un vecino de 75 años del entorno de Estépar sintió un pinchazo en un dedo de la mano cuando se apoyó en el suelo de una tierra de labor para subir un pequeño desnivel. Al mirar hacia abajo pudo ver la causa del pinchazo: le había mordido una víbora.

Regresó a su casa sin darle demasiada importancia al desafortunado encuentro, pero la mano se hinchó y comenzó a sentir otros dolores, por lo que decidió acudir a Urgencias en su propio vehículo. No llegó. A mitad de camino tuvo que parar y pedir ayuda al servicio de emergencias, que le recogió con una UVI móvil y le trasladó al Universitario, donde rápidamente se acreditó el diagnóstico (envenenamiento por ofidio) y se le aplicó el tratamiento oportuno.

Aún así, tuvo que permanecer dos días en la unidad de observación antes de ser trasladado a planta, primero, y recibir el alta, después.

 

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