No sin receta

Raquel Santamarta (SPC)
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Los expertos advierten del mal uso de los antibióticos ante unas resistencias bacterianas que causarán más muertes que el cáncer

El mal uso o abuso de los antibióticos es un problema en España, el país europeo con más infecciones bacterianas en los centros sociosanitarios por las resistencias a unos fármacos que, tanto en animales como en humanos, solo deben utilizarse cuando son estrictamente necesarios. Y por mal uso o abuso se entiende, según señala el doctor Manuel Escolar, responsable del Departamento Médico de Cinfa, que «se tomen sin seguir las instrucciones del profesional sanitario, se empleen erróneamente para tratar dolencias causadas por virus como gripes o resfriados, se adquieran sin receta médica o se interrumpa su toma antes de completar el tratamiento».

Escolar, que deja claro que «son las bacterias las que se hacen resistentes a los antibióticos, no las personas», llama la atención sobre un comportamiento que «no solo representa un riesgo para mi salud, sino para la población en general», al ir su efecto más allá del paciente concreto. El aumento de las resistencias a los antimicrobianos, que en 2050 causarán más muertes que el cáncer, se traduce en la pérdida de eficacia de los antibiótico en el tratamiento de las infecciones de origen bacteriano, «que es para lo que debemos tomarlos, siempre bajo indicación médica y con receta», insiste el experto.

Tres estudios presentados recientemente en Bruselas por el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades, en el marco del Día para el Uso Prudente de los Antibióticos, ponen el foco en una profilaxis quirúrgica con antibióticos que se alarga de manera «innecesaria», una prescripción preventiva a personas mayores a las que se quiere evitar una infección de orina que «no está avalada por la evidencia» y un consumo en España que se dispara hasta colocar al país a la cabeza de la UE, por detrás de Chipre.

«Su consumo excesivo o imprudente acelera el proceso natural por el que las bacterias intentan sobrevivir a la acción del medicamento, convirtiéndose en lo que ha dado en llamarse superbacterias, inmunes al efecto de los antibióticos habituales», advierte Escolar. En España, según la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, alrededor de 2.800 personas mueren cada año por la mayor resistencia de las bacterias a los antibióticos, cifra que asciende a 25.000 en Europa.

Con el fin de garantizar la salud de todos y evitar que los tratamientos se vuelvan ineficaces, se revela clave saber en qué casos o ante qué patologías podemos recurrir a los antibióticos. «Para los catarros, gripes, resfriados o incluso faringitis, los antibióticos no son necesarios porque ni bajan la fiebre, ni reducen la tos, ni la mucosidad, ni los estornudos», concluye el médico.