Solidaridadsobre dos ruedas

I.M.L. / Castrillo de la Vega
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Los castrillenses rescatan sus bicicletas en desuso para colaborar con la Fundación Alberto Contador • Han entregado una treintena

Los artífices de recoger y adecentar los velocípedos posaron orgullosos del resultado del llamamiento solidario. - Foto: diariodeburgos.es

Desvanes, trasteros o ese hueco en la cochera han sido ‘saqueados’ por los vecinos de Castrillo de la Vega para sacar del olvido esas bicicletas que hace años no se usan. ¿El objetivo? Rescatar el mayor número de velocípedos posible para colaborar con la campaña ‘Tu bici tiene vida en África’, de la Fundación Alberto Contador, que busca facilitar un medio de transporte a los niños de países en vías de desarrollo.

Los castrillenses han reunido más de 30 vehículos a pedales de modelos variados. Bicicletas de niños y de adulto, algunas con cambios de marcha modernos y un ejemplar digno de un museo, pensada para el uso femenino con el guardabarros trasero preparado para colocarle una protección para evitar que las faldas de las señoras se enreden en los radios de la rueda. En la recogida de las bicis han colaborado de manera voluntaria desde Adroga y un vecino, Julián Carrasco, se ha encargado de arreglarlas. «A todas ha habido que hacerlas algo, unas más que otras, con dos hacer una y aprovechar todo el material. Llevan un montón de horas de trabajo, algunos sábados venía a las diez de la mañana y me quedaba hasta las nueve de la noche», comentaba Julián.

Entre las anécdotas, los implicados comentaban con sorna que alguien había ido a donar una bicicleta y que, a cambio, pedía que le entregasen otra más nueva que la que él dejaba. Eso quedó sólo en un chascarrillo y el resultado de la solidaridad castrillense ha quedado palpable en el número de bicis recogidas. «Los pueblos más pequeños son los que más aportan, por ejemplo, en Barcelona recogimos dos; en cambio, en Aguilar de Campoo 60», comentó Carlos de la Iglesia, colaborador de la Fundación Alberto Contador que ayer se acercó a recoger los velocípedos de Castrillo.

Esta campaña ha superado ya los 500 ejemplares y su destino se está ultimando. «Ya ha habido un contacto con la embajada de Camerún para hacerlas llegar a través de una ONG para que allí se las entreguen al pueblo y los chicos puedan desplazarse a la escuela y hacerles más fácil la vida diaria en las aldeas», explicó De la Iglesia.

Una iniciativa que servirá para dar una segunda vida a esas bicis que tantos momentos de deporte, ocio y traslados no contaminantes nos han dado en el pasado y podrán seguir dando en otro continente.