Los servicios secretos norteamericanos pensaron en un enemigo pequeño y se toparon con la crueldad del Estado Islámico (EI) y su poder para captar milicianos dispuestos a dar sus vidas por la guerra santa. Así lo reconoció ayer el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien admitió no solo que los servicios de inteligencia de su país subestimaron a los terroristas de este grupo armado en Siria e Irak, sino que, al mismo tiempo, se sobreestimó la capacidad del Ejército iraquí para ponerles freno en su avance.
A Obama se le preguntó en una entrevista en el popular programa 60 minutos, de la cadena CBS, si compartía el análisis que en ese sentido había hecho el director del servicio secreto nacional, James Clapper. «Estoy de acuerdo», respondió Obama. «Estoy completamente de acuerdo».
El canal televisivo calificó la declaración del mandatario de una de las más francas que dio hasta ahora respecto del ascenso de Estado Islámico. En ese sentido, atribuyó el fortalecimiento del grupo, entre otras cosas, al caos generado por la guerra civil en Siria, que ha dado a los radicales el espacio óptimo para crecer.
Además, la milicia logró reclutar a combatientes extranjeros de diferentes países en Siria. «Y así se convirtió en ground zero para yihadistas de todo el mundo», especificó, y agregó que una campaña muy hábil en las redes sociales ha sido su principal herramienta para reclutar a los combatientes.
La ofensiva continúa. Los combates para frenar el avance de los radicales continuaron ayer y, al menos, 55 milicianos del EI perdieron la vida en una ofensiva lanzada por las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), principal grupo armado kurdo, en los frentes este, sur y oeste de la ciudad de Kobani, en el norte de Siria.
«Nuestras fuerzas infligieron un duro revés a las bandas del Estado Islámico que habían estado apostadas en torno a Kobani», resumieron las fuerzas del orden.
Junto a las operaciones sobre el campo, las detenciones internacionales continúan, tal y como sucedió ayer, cuando un joven británico de 24 años fue arrestado en Bangladesh bajo la sospecha de estar uniendo a las filas del Ejército Islámico personas para combatir en Siria.
El londinense Samiun Rahman llegó al país asiático en febrero para reclutar tanto para el Estado Islámico como para el Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, según reveló el comisario conjunto de la División de Detectives e Inteligencia Criminal, Monirul Islam. «Tiene planes para reclutar y enviar un equipo de Bangladesh para luchar en Siria», apostilló.
También un profesor árabe-israelí de la localidad hebrea de Umm al Fahm fue detenido por su presunta pertenencia al grupo yihadista. El sospechoso, de 24 años, había traído de Jordania abundante material relacionado con la organización y tenía en su casa una bandera del Estado Islámico, textos radicales y ordenadores con información. Será acusado del delito de pertenencia a un grupo terrorista, según informaba el diario israelí Yedioth Aharonoth en su edición digital.