El Mirandés suda la gota gorda

Raúl Canales / Miranda
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Terrazas mantiene el doble turno y prevé llegar al inicio de liga con 60 entrenamientos

El Mirandés ha superado ya el ecuador de la pretemporada y las piernas de los jugadores empiezan a acusar el esfuerzo de un verano exigente. En los dos últimos amistosos al equipo le ha faltado frescura en su juego, algo lógico a estas alturas, sobre todo porque la carga de trabajo acumulada en las primeras semanas comienza a pasar factura.
Aunque derrochó actitud, el equipo acusó el cansancio en los choques contra Eibar y Barakaldo, dos rivales que demandan además un importante desgaste físico, un aspecto que reconoció el propio Carlos Terrazas a la conclusión del choque ante los vizcaínos. 
Y es que la agenda rojilla no ha concedido respiro desde que el balón echó a rodar el 9 de julio. Desde entonces los futbolistas entrenan casi siempre en doble turno y cada semana están programados dos encuentros amistosos, una exigente hoja de ruta que apunta a llegar a la primera jornada de liga con sesenta entrenamientos y nueve partidos, un bagaje más que suficiente. 
Acoplar las muchas caras nuevas con las que cuenta la plantilla y asimilar las ideas que el técnico quiere implantar para esta temporada, es un proceso que requiere tiempo. Por eso Carlos Terrazas ha diseñado un plan de trabajo intensivo. Las circunstancias provocaron que la pasada campaña el equipo llegara faltó de rodaje al inicio de competición y lo pagó caro, algo que el míster no quiere que se repita este año, en el que ha contado con tiempo para planificar todos los factores, por lo que el Mirandés llegará relativamente bien al debut. 
En el día a día la preparación física y el balón se reparten el protagonismo, mientras que en los partidos el técnico está dando minutos a toda la plantilla para que los jugadores adquieran ritmo de competición de forma pareja. 
A pesar del esfuerzo, los futbolistas rojillos están aguantando bien y todavía no han aparecido los problemas musculares típicos en estas fechas, salvo en el caso de Álvaro Corral, que ha tenido que parar unos días por unas molestias. 
Eso si, la sobrecarga de trabajo empieza a ser visible  en más de un jugador, algo que no inquieta al míster ya que es una consecuencia previsible dentro de la preparación. Y es que el objetivo es cargar el depósito para arrancar bien la competición y mantener un rendimiento alto todo el año.