Antonio José compuso El canto del dolor con 15 años. Lo hizo herido por la pérdida de su amigo Ignacio. Se trata de una pieza exquisita, romántica, de una belleza desoladora. Una composición de todo punto insólita para alguien de su edad. Pero esa es precisamente la clave: Antonio José era un músico superdotado, un ser tocado por la gracia del cielo. Un genio en ciernes. No es imprescindible tener unos sólidos conceptos musicales para percibir que la música del compositor burgalés, asesinado a sangre fría con 33 años, es especial; que en ella palpita un ser sensible y talentoso, un músico con mayúsculas.
Esto es lo que sentirá, lector, si tiene la oportunidad de escuchar un disco único, presentado ayer por su autor. Se trata de El canto del dolor, título que engloba un total de trece obras para piano compuestas por Antonio José entre 1918 y 1929 e interpretadas ahora, un siglo después, por otro burgalés precoz, Carlos Goicoechea, pianista de 23 años convertido ya en uno de los más reconocidos intérpretes nacionales.
Goicoechea alabó ayer las obras recuperadas, en las que a su entender emerge ya el músico que fue y que podía haber sido Antonio José. «Además de la calidad compositiva, demuestra mucho talento. Ya en sus primeras obras, y sin tener las posibilidades que hubiese tenido hoy, tenía una gran intuición y capacidad para encontrar su propio lenguaje». Para Goicoechea, esa música había que grabarla. No podía quedarse dormida, en silencio, carcomida por el olvido.La mayor parte de estas piezas son inéditas y jamás se habían grabado antes. Fue el trabajo de investigación que sobre las partituras del Fondo Antonio José, que se conserva en el Archivo Municipal, realizó hace unos años Goicoechea como surgió el proyecto, que ha contado con el respaldo financiero del Ayuntamiento, la Diputación y la Obra Social de Caja de Burgos.
El pianista burgalés subrayó que este disco permite conocer la evolución musical de Antonio José, puesto que además de sus primeras composiciones para piano también están las últimas.Así, hay piezas románticas, de estética decimonónica, pero también impresionistas y vanguardistas. Hay variedad de estilos, «y se puede comprobar cómo experimenta. Realmente es increíble que pudiera hacer todos eso tan joven y en aquella época». Destacó Goicoechea que la obra incluye la ‘Danza burgalesa número 4’, que no había sido grabada antes. El pianista burgalés subrayó la importancia de todos estos temas y manifestó su interés en incluir algunos en su repertorio como una manera de difundirlos. «Si más pianistas españoles conocieron algunas de estas piezas, las incluirían en su repertorio».
¿Concierto?
Fernando Gómez, concejal de Cultura, se comprometió ayer públicamente a trabajar por que este disco pueda escucharse en directo, esto es, por un concierto de Carlos Goicoechea al piano. No hay fecha. Pero el edil precisó que «es algo que hay que hacer. Sin duda hay que interpretarlo en vivo».