La economía nacional ha comenzado a carburar. Es un hecho. Un informe de la Comisión Europea situó esta semana a España entre los países de la UE que más están recuperando competitividad industrial, aunque aseguró que su rendimiento en este campo todavía es «modesto», por lo que ha pedido al Gobierno de Mariano Rajoy que aplique las reformas ya aprobadas, en particular la ley de unidad de mercado y la de emprendedores.

  En el informe anual de Bruselas se pone de manifiesto que España es el Estado miembro que más empleo ha destruido en la industria durante la crisis (alrededor de 650.000 puestos de trabajo entre 2007 y 2012), por delante de Italia (525.000), Francia (375.000) o Reino Unido (325.000). Alemania es, por el contrario, el único país de la UE que consiguió crear puestos de trabajo en la industria durante este período.

  De hecho, Alemania figura, junto con Holanda, Dinamarca e Irlanda, en el grupo de naciones cuyos ratios de competitividad son elevados y siguen mejorando. En una segunda clasificación, la UE sitúa a los Estados con alta tasa de eficacia competitiva, pero que se han estancado, o bien se encuentra actualmente en declive, como es el caso de Bélgica, Reino Unido, Austria, Francia, Italia, Luxemburgo, Suecia y Finlandia.

  En una tercera división se encuentran países cuyos ratios de productividad industrial son modestos pero marcando una tendencia de proceso de mejora. España comparte este grupo con Estonia, Lituania, Letonia, República Checa, Hungría, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovaquia y Grecia.

Finalmente, los países con peor competitividad industrial de la Unión Europea son Eslovenia, Bulgaria, Croacia, Malta y Chipre.

  El informe del Gobierno europeo apunta que «desde el principio de la crisis, España ha realizado progresos considerables a la hora de recuperar pérdidas basadas en su competitividad en materia de costes y precios». Además, gran parte de este ajuste se ha debido a factores cíclicos, en particular la fuerte caída de empleo. Asimismo, la mejora de este valor se ha traducido en un aumento de las exportaciones, que en parte tienen un marcado carácter estructural.

 Bruselas considera que la aplicación de un gran número de reformas en los ámbitos laborales e industriales está mejorando las condiciones para las empresas y el funcionamiento de los mercados.

En esta misma línea, las medidas adoptadas, particularmente la ley de unidad de mercado y la ley de emprendedores, tienen el potencial de mejorar el entorno empresarial español, según señala este estudio, que se hace eco, además, de los ajustes en el sector público para simplificar los procedimientos administrativos. No obstante, el Ejecutivo comunitario asegura que, pese a los progresos logrados, la economía sigue siendo vulnerable, debido a la gran cantidad de desequilibrios acumulados, y esta es la razón por la que  reclaman al Gobierno eliminar barreras a la competencia en los mercados de productos y servicios, así como en los impedimentos al crecimiento de las empresas. Para los responsables europeos, España debería  fomentar un entorno más favorable a la innovación que facilitara la transición a una economía basada en el conocimiento.

RETRASOS A PROVEEDORES.  La Comisión alerta también de que las condiciones de financiación de los bancos siguen siendo estrictas, en particular para las pymes, lo que supone un obstáculo en el crecimiento de empresas viables e innovadoras. El informe denuncia los problemas de liquidez  que sufren las sociedades por los largos retrasos en los pagos, en concreto, del sector público, y asegura que España está por encima de la media.

  Finalmente, Bruselas considera que España cuenta con un marco adecuado de lucha contra la corrupción y que su aplicación está mostrando buenos resultados a la hora de investigar prácticas políticas corruptas.