El horizonte como único límite

S. Rioseras/Pedrosa del Duero
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Cristina Mur acerca su exposición 'No limits' a la Bodega Pago de Capellanes, donde podrá verse hasta el próximo 30 de octubre

Cada vez que trata de alcanzarlo, justo cuando casi puede rozarlo con los dedos, el horizonte vuelve a alejarse para comenzar, de nuevo, ese viejo juego de persecución. Sin embargo, no puede evitar que su pincel lo capture en sus lienzos como esa fina línea que separa las metas alcanzadas de las que aún quedan por conquistar.
Una continuidad que centra la última obra de Cristina Mur, No limits, que podrá visitarse hasta el 30 de octubre en la Bodega Pago de Capellanes, en Pedrosa de Duero. «Como el horizonte es continuo, todo vuelve a cobrar sentido», simplifica Mur, aludiendo a su filosofía de vida, pero también a la que envuelve su obra. Especialmente esta última, que nació el 16 de mayo durante la Noche de Ronda en Aranda de Duero.
«Elegí ese día  para crear una obra de gran formato en la que el espectador pudiese formar parte del proceso», comenta. «Tres cámaras lo grabaron todo, además de la que llevaba yo». El resultado final es una breve película que también puede visionarse en la exposición. De esa forma, el lienzo que creó prolonga su vida provocando que el horizonte se aleje nuevamente. 
Para evitarlo, inició una serie que condensa ese límite en nuevas creaciones que separan el cielo de la tierra y el mar. «Creo que los cuadros tienen mucho sentimiento y permiten a la gente introducirse dentro de ellos para volar, sentir», enumera.
Emociones que, por supuesto, no acaban. «La idea es crear obras que siguen y siguen, como las personas que dan continuidad a la vida», explica. «Para mí, ese es el concepto de la existencia», confiesa. «No se trata de darle sentido porque para mí ya lo tiene, sino de cuestionar cuáles son las cosas que hacen que así sea». Una invitación a una «reflexión profunda» que, considera, debe tener en cuenta «el disfrute, el ahora, el vivir plenamente, la belleza».
No se trata de un simple lema, como el populoso Carpe Diem, sino de descubrir algo más profundo, como esos halos plateados y dorados que esconden las pinturas de Mur: «Es una alusión a lo que se esconde en nuestro interior y sale a la superficie», asevera.
Una declaración de intenciones que se perpetúa en los ejes del tiempo y el espacio, persiguiendo lo que nunca puede ser alcanzado, y seduce a quien trata de conquistarlo eliminando todo límite.