Neumología y Cardiología vislumbran los primeros efectos de la Ley Antitabaco

h. jiménez / burgos
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Aún sin estadísticas sobre consultas, casi tres años después del endurecimiento de la prohibición de fumar se constatan mejoras en pacientes asmáticos, de EPOC e infartados

Tendrán que pasar unos cuantos años más para comprobar los efectos reales en patologías coronarias o de cáncer. - Foto: Patricia

 
El 1 de enero de 2011 España no solo cambió de año, sino también de costumbres en su arraigada tradición de país volcado en el ocio hostelero. Tabernas, tascas, bares, fondas y restaurantes, cafeterías, pubs, discotecas y after hours se despejaron de repente. El aire se hizo más respirable, surgieron olores antes desconocidos y las calles se llenaron de gente con un cigarro en la mano, ateridos durante unos minutos a la puerta del establecimiento. Y todo porque había entrado en vigor la prohibición de fumar.
La conocida como Ley Antitabaco estableció la imposibilidad de consumir cigarros o cigarrillos en todo espacio cerrado. Se trataba de mejorar el bienestar de los no fumadores, que durante décadas habían convivido con el humo ajeno, y sobre todo de generar un beneficio general para la salud obligando a disminuir el consumo de una sustancia que se ha demostrado nociva en tantos aspectos.
Casi tres años después de su entrada en vigor, los servicios sanitarios empiezan a notar sus efectos. En el Hospital Universitario de Burgos, tanto el servicio de Neumología como el de Cardiología citan distintas mejoras en sus pacientes aunque por el momento no disponen de estudios estadísticos que traduzcan a números las impresiones de sus responsables.
A la espera de conocer los efectos reales de la ley, los facultativos tienen muy claro los beneficios de la supresión del consumo y advierten contra las tentaciones de permitir fumar en los casinos a raíz de las presiones de los promotores de Eurovegas. Incluso la ministra de Sanidad, Ana Mato, admitió hace unas semanas que estudian «relajar» la normativa actual, y se especula con que podrían habilitarse espacios para fumadores en salas de tragaperras donde no haya personas trabajando con tal de atraer la inversión del magnate Adelson.
«La población no lo quiere, se dio un gran paso con la ley de 2006 y luego con la de 2011 y la sociedad en general está bastante sensibilizada. Sería un preocupante paso atrás», advierte la doctora Lourdes Lázaro, neumóloga y responsable de la Unidad de Tabaquismo. «Realmente es un momento delicado para la continuidad de la ley y si se da marcha atrás va a ser una pérdida importante en materia de salud», insiste.
La propia doctora señala que «los enfermos asmáticos y de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) nos dicen que están notando mejorías en su estado, algo que ya habíamos notado en la primera fase de implantación de la Ley Antitabaco (se refiere a 2006, cuando se empezó a prohibir el consumo en los centros de trabajo) y que ahora ha ido a más». Lázaro menciona como uno de los grupos en los que la mejoría puede ser más evidente a los trabajadores de la hostelería, que antes se pasaban horas y horas inmersos en un ambiente de humo.
Por su parte, Germán Pérez Ojeda, jefe del servicio de Cardiología, explica que han podido constatar «un mayor abandono del tabaco» entre los enfermos que han tenido que pasar por su consulta, y asegura que hay una mejor supervivencia tras los infartos entre la gente que logra deshacerse de esta dependencia.
Un estudio publicado a principios de este año, realizado sobre la población de Barcelona, apuntaba a una reducción en el número de infartos del 11% desde la entrada en vigor de la primera fase restrictiva de la normativa. Los médicos burgaleses creen que el caso local no será muy distinto, pero apuntan que aquí no se ha realizado todavía un trabajo serio al respecto y que en el número total de casos atendidos está influyendo mucho el envejecimiento de la población, por lo que habría que descartar este tipo de sesgos para no llegar demasiado pronto a conclusiones erróneamente optimistas. Algo parecido ocurre con los asmáticos, donde un estudio realizado en el Reino Unido concluyó que las agudizaciones habían caído un 5% en los últimos años en adultos y hasta un 10% en niños desde la aprobación de normas restrictivas con el consumo de tabaco.
Debido al tipo de patologías con las que trabajan, pues manejan enfermedades coronarias crónicas, en Cardiología subrayan que tardarán algún tiempo en comprobar los efectos reales de la Ley Antitabaco y el descenso en el consumo que conlleva. «Habrá que esperar unos cuantos años, quizá una década, para poder plasmarlo en la estadística, pero no tengo ninguna duda de que se reducirá la arterioesclerosis, las anginas de pecho y los infartos», advierte Pérez Ojeda.
Lo mismo ocurre con los casos oncológicos. Pasarán años, o quizás décadas, hasta comprobar descensos significativos del cáncer de pulmón. Las mujeres, por ejemplo, han acumulado toda una generación como fumadoras hasta acabar padeciendo una tasa de este tipo de cáncer que hubiera sido impensable hace no tanto tiempo.
Ante la amenaza de marcha atrás en la ley española, una de las más restrictivas contra el tabaco y por tanto de las más protectoras contra los no fumadores, los profesionales sanitarios de Burgos están en guardia. Muchos se han sumado a difundir la iniciativa XQNS (acrónimo de «Por qué nosotros sí»), que agrupa más de trescientas organizaciones científicas y ciudadanas en España y que contribuyó a impulsar la actual Ley de Tabaco. La campaña «Don’t Touch the Law» (No toquen la Ley, en inglés) pretende recabar apoyos internacionales frente a presiones como las de Eurovegas, que no dudan en calificar como «cantos de sirena».