Inseguridad bajo los tres palos, demasiados goles recibidos y silbidos desde las gradas de su propia casa: 15 años después de su debut en el Real Madrid, Íker Casillas atraviesa una etapa tan preocupante como inédita en su carrera.

La derrota del cuadro blanco por 2-1 contra el Atlético de Madrid, un nuevo tanto encajado a raíz de una jugada a balón parado y la desaparición de la figura de ‘salvador’ del equipo, hicieron que el portero blanco recibiera pitos por parte de su afición.

«El público es soberano y, si me pitan, lo que tengo que hacer es aceptarlo y entrenarme. Está en su derecho y a mí me queda responder de la manera que sé, jugando al fútbol», explicó el guardameta poco después del final del partido. «La gente tiene derecho a opinar como quiera. Cuando cree que un jugador puede dar más, intenta motivarlo y si no está de acuerdo, hay pitos. Hay que saber encajarlo», añadió.

El gol de Tiago Mendes a los 10 minutos de juego, que llegó, nuevamente, a partir de un tiro de esquina, provocó la ira de una buena parte del Santiago Bernabéu, que dedicó silbidos y hasta algunos insulto al capitán ‘merengue’ en cada una de sus intervenciones de la primera parte.

Tal escenario representó el primer conflicto público entre dos partes que habían celebrado de la mano la obtención de 17 títulos a lo largo de una década y media.

Así, Casillas, de 33 años, se topó con la ebullición de un desencanto con la hinchada del Real Madrid, un proceso gestado a lo largo de las últimas dos temporadas. Al margen de no pertenecer ya a la familia del club blanco, la figura de José Mourinho tiene buena parte de responsabilidad en lo sucedido en la noche del pasado sábado en el Santiago Bernabéu.

El luso fue el primer entrenador que se animó a cuestionar al guardameta internacional, y abrió la puerta para que los aficionados blancos se animaran a poner en tela de juicio a uno de los ídolos más importantes de Concha Espina en la última década.

Así fue como el de Móstoles perdió la titularidad en la Liga y ni siquiera la recuperó durante el primer año de Carlo Ancelotti en el banquillo. Ante la pérdida de su condición de imprescindible, el arquero protagonizó nuevas actuaciones desafortunadas en eventos importantes que le complicaron aún más el panorama actual. El enorme error en el gol de Diego Godín en la final de la Champions, sumado a la pobre tarea con la selección española en el Mundial de Brasil, reflejaron a un Casillas muy lejos de aquel de las intervenciones milagrosas.

Por si fuera poco, la hinchada ‘merengue’ eligió al portero como el abanderado del inicio estrepitoso del Madrid en la actual temporada: el club de Chamartín apenas suma tres puntos sobre nueve posibles y seis de los siete disparos recibidos durante los tres partidos terminaron en gol, todos con el mostoleño defendiendo el arco.

«Yo no he oído los silbidos a Casillas. Estoy focalizado en la táctica y en el juego. Y si le pitan por el primer tanto, diré que en los goles de balón parado al primer palo, el último responsable es el portero», analizó el técnico Ancelotti.

A dos días de iniciar la defensa del título europeo, Casillas se encuentra en medio de una crisis con su propia hinchada, con la obligación de mejorar su estado de forma y, por si fuera poco, con el aliento en la nuca de uno de los mejores porteros del pasado Mundial y flamante fichaje blanco, el costarricense Keylor Navas.

Con el Basilea en mente. Con la derrota ante el Atlético de Madrid aún presente, el conjunto ‘merengue’ completó ayer una sesión de recuperación, en la que Dani Carvajal y Pepe se ejercitaron en solitario, con la mente puesta en el debut en la Champions, mañana, frente al Basilea en el estadio Santiago Bernabéu (20.45 horas / TVE 1).

El entrenador italiano contó sobre el césped con los futbolistas disponibles que no salieron de inicio en el derbi. Además, los guardametas Casillas, Navas y Fernando Pacheco se entrenaron de forma específica junto al entrenador de porteros Villiam Vecchi.

El conjunto ‘merengue’, vigente campeón de la competición, está encuadrado en el Grupo B junto con el Liverpool inglés, el Basilea suizo y el Ludogorets búlgaro.  Los blancos no han perdido nunca en el estreno como locales en la Liga de Campeones, y suman 42 victorias y dos empates. Además, encadenan 36 partidos ganados, desde el empate ante el Anderlecht en 1962 en el primer duelo en casa.