La bicicleta está de moda, de eso no hay duda. Son muchos los burgaleses que se han apuntado a las dos ruedas, si bien muchos, como advierte la asociación Burgos con Bici, no se atreven llevar a cabo todos sus desplazamientos en este medio de transporte no contaminante. El temor a sufrir un accidente, bien por no saber circular bien porque las condiciones del tráfico en la ciudad provocan inseguridad, llevan a un gran número de aficionados a reducir su uso más de lo que desearían.
La mayoría de movimientos que completan los burgaleses al cabo del día son por razones laborales. Para conseguir un trasvase de usuarios del coche a la bici, por tanto, resulta clave facilitar a los trabajadores los desplazamientos hasta sus empleos en dos ruedas. ¿Cómo? Por un lado, reclamando a las administraciones y empresas que garanticen el acceso seguro a los centros de trabajo a través de este medio y, por otro, enseñando a los ciclistas a circular de forma segura.
CC OO, UGT y Burgos con Bici han firmado un convenio de colaboración con el fin de fomentar el uso de la bicicleta entre los trabajadores. Entre las medidas que reclaman al Ayuntamiento para extender las dos ruedas entre los burgaleses son de diversa índole. Para empezar, consideran necesario que al menos todas las calles de dirección única tengan como límite máximo de velocidad los 30 kilómetros por hora y una señalización que indique de forma clara tal restricción. Asimismo, reclaman la erradicación de la doble fila -un peligro para los ciclistas- en los barrios donde más se abusa de esta forma ilegal de estacionamiento, como es el caso de Gamonal, tal como señaló ayer Pedro Mediavilla, secretario de Burgos con Bici.
Aunque la red de carril bici que se extiende por la capital «es bastante amplia», echa de menos que esta infraestructura no esté presente en vías como la calle Vitoria o avenida de Cantabria, que conectan de forma directa barrios alejados de la ciudad.
Más aparcabicis
Asimismo, Mediavilla consideró ayer necesaria la presencia de más aparcamientos para bicicletas en la ciudad, sobre todo en centros de trabajo y puntos clave. Entre ellos, el Ayuntamiento, la sede de la Junta en la glorieta de Bilbao y los colegios. También echa de menos su instalación, en pequeños módulos -para dos o tres bicis- en las esquinas de las calles, como ocurre en San Sebastián.
Pero para sentirse seguro a los pedales no basta solo con que la ciudad esté bien preparada, el ciclista ha de conocer unas normas básicas de circulación que Mediavilla resumió con el siguiente axioma: «Hacerse visible a los vehículos pero comportarse como si no te hubieran visto».
Durante la Semana de la Movilidad, que tendrá lugar la semana que viene, los dos sindicatos y Burgos con Bici han diseñado una escuela urbana que enseñará a los trabajadores -durante los días 18 y 19- a moverse por la ciudad de forma segura. Los interesados aprenderán a situarse en la vía, cómo incorporarse a una glorieta, a aparcar de forma segura, a comunicarse con otras personas o a detectar situaciones de riesgo.