Veinte profesionales de diversas áreas ligados a la Sociedad de Ciencias Aranzadi y dirigidos por el profesor de Medicina Forense, Francisco Etxeberria, iniciaron ayer, a petición de una agrupación de familiares de Espinosa de los Monteros, la exhumación de dos fosas comunes ubicadas en la calle de la Riva. En la primera de ellas, cerca del polideportivo municipal, se lograron encontrar los restos de «cinco o seis personas», mientras que en el primer intento de hallar la segunda, ubicada a 125 metros de distancia en dirección al albergue, no se encontró nada y se volverá a retomar hoy.

Pedro Zorrilla Pereda y sus hermanos han iniciado este proceso con apoyo del Ministerio de la Presidencia para lograr dar «un entierro digno» a su abuelo Celestino Zorrilla Baranda, asesinado el 20 de octubre de 1936, y a su tía Amelia Cano, que fue represaliada un día después. Pilar Zorrilla y Basilio Zorrilla también esperan hallar los restos de su abuelo Aurelio Lavin Ortiz y su abuela Generosa Fernández Ortiz -embarazada-, un matrimonio que murió los días 20 y 21 de octubre del 36 y que dejó ocho hijos huérfanos. En total se cree que puede haber de diez a veinte personas en las dos fosas, pero serán los trabajos de exhumación los que lo confirmen.

Por la mañana se abrió un cuadrante de cinco metros de largo por tres de ancho que es parte del jardín de una vivienda y parte de un pequeño terreno público que se no se pavimentó en su día para respetar el lugar donde todos los vecinos sabían que se hallaban los represaliados. No obstante, los hallazgos obligarán hoy a extender la excavación por debajo de la acera, dado que parece que la fosa se extiende hacia ella.