Los presupuestos del Estado para 2016 vienen adelantados por el empuje de las próximas elecciones generales. Las previsiones de inversión diseñadas por el Gobierno para toda España preludian los comicios de (previsiblemente) noviembre, por lo que protagonizarán la semana política de un inusualmente activo mes de agosto. Siempre es relevante lo que se plasma en el documento, que ya ha pasado por Consejo de Ministros y hoy se eleva al Parlamento, porque si bien ocurre que no todo lo que se presupuesta se invierte, también pasa que lo que no se presupuesta se va al rincón de pensar hasta nueva orden.

La más que posible fragmentación del voto en las elecciones otorga además a este proyecto una trascendencia inusual, y Burgos no es ajena a esa coyuntura. Si después de pasar por urnas no se articula un gobierno sin fisuras, muchas de las grandes inversiones que tocan a su fin o esperan ser catalizadas podrían quedar varadas sine díe. Quizás por eso hay algunas infraestructuras cruciales para la provincia a las que se asigna, por fin, presupuesto para ejecutar obra real.

Los pormenores se conocerán a lo largo de la jornada de hoy, pero sirva como avance que, en el caso de la provincia de Burgos, se contemplan, por primera vez, inversiones en la línea de Alta Velocidad entre Burgos y Vitoria por Miranda. En ese caso, la partida se aproximará a los 95 millones. A pesar de quedar muy lejos de los 1.300 millones que costará tender la plataforma del tramo, es relevante por la carga implícita. La consignación significa que el Ministerio de Fomento prevé aprobar los proyectos definitivos a finales de este año o comienzos del siguiente, paso necesario para licitar obras, y también que se decide la continuidad del AVE hacia la Y vasca, despejando así las dudas sobre el último gran eslabón del mapa AVE que estaba en solfa.

Al margen de esa cantidad para llevar el AVE hacia el norte, la finalización de la línea entre Valladolid, Venta de Baños y Burgos capital recibirá más de 140 millones, previéndose su conclusión a lo largo del próximo ejercicio. Por tanto, el tren volverá a ser el gran protagonista de las inversiones estatales en 2016, como ya lo ha sido en 2015 (210 millones) con el empuje casi definitivo a la conexión de Burgos. 

En cuanto al ferrocarril convencional (comatoso, pero todavía existente) está contemplada la inversión estatal (cercana a los 700.000 euros) para el ramal ferroviario del polígono Prado Marina en Aranda de Duero, y está por ver si el dinero reservado a restaurar el tráfico del directo (Madrid-Burgos por Aranda) para mercancías va más allá de una mera declaración de intenciones.

 

Carreteras.

En lo que afecta a la red de carreteras de la provincia también hay novedades. O, mejor dicho, resurrecciones. Se prevé la finalización (tres décadas después) de la circunvalación de Burgos, cuyo tramo Noroeste (y concretamente el segmento entre Quintanadueñas y Villalbilla) recibirá fondos con la previsión de quedar terminado en 2016. Volverán a quedar reflejadas cantidades para mejoras en la N-I (todo un clásico) y se incorpora la mejora de la N-232, considerada la carretera nacional peor conservada de España.

Pero lo mollar está en las autovías. Hay tres grandes proyectos que llevan años renqueando. El más avanzado es la A-11 (Valladolid-Soria por Aranda), que en los presupuestos de 2016 verá por fin dinero para la práctica totalidad de los tramos, con especial incidencia en los seis que unirán Aranda de Duero con Soria.

La A-73 (Burgos-Aguilar) es la principal reactivación en materia de autovías. Tras el hundimiento de esta infraestructura en 2010 (fue una de las más castigadas por los recortes del ministro José Blanco), Fomento prevé inversiones en los cinco tramos pendientes de ejecución, aunque los mayores esfuerzos se concentrarán en los más cercanos a la localidad palentina. Ya en los presupuestos de 2015 se previó que en 2016 sería necesario invertir 10 millones para el trazado entre Pedrosa de Valdelucio y Báscones de Valdivia.

2016 también será el año al que quede fiado el inicio de las obras en la A-12, la autovía entre Burgos y Logroño que acumula años de retraso con respecto al tramo riojano, ya en servicio. En este caso las cantidades consignadas por Fomento serán testimoniales (de 0,5 millones en la mayoría de los casos) porque, tal y como se anunció el año pasado y se ratificó posteriormente por la ministra de Fomento, Ana Pastor, se empleará el ‘método alemán’ para su ejecución, consistente en pagar al adjudicatario la totalidad del coste a la entrega de la obra.

El Ministerio insiste en que este mismo año, tal y como había quedado comprometido, se licitará la obra del primer tramo (Burgos-Ibeas), pero está pendiente la aprobación definitiva del proyecto y será el trazado más contestado, de ahí la relevancia de que el resto de los tramos entren en los objetivos del Ministerio para 2016.