Las condiciones técnicas e inversiones que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) exige a Santa María de Garoña para poder arrancar de nuevo su reactor, en el caso de que el Gobierno así lo autorice, tendrían un coste de alrededor de 100 millones de euros, según los datos económicos que manejan las empresas propietarias de la planta. Así lo han manifestado a DB fuentes del sector.