Es un proyecto de la Comunidad de Madrid, pero de él se beneficiarán también los burgaleses. La autopista RM-1, la radial que discurrirá en paralelo a la A-1 en los kilómetros previos a su conexión con la M-40, ahorrará tiempo de viaje a los ciudadanos de la provincia que vayan en coche a la capital de España.
Y es que esta nueva autopista contribuirá a descongestionar la autovía a la altura de Alcobendas, San Sebastián de los Reyes y Algete, un tramo éste que soporta el tráfico de casi 150.000 vehículos diarios. A horas punta de un día de trabajo, los burgaleses podrán «emplear hasta media hora menos de viaje» al evitar las retenciones que se producen a la entrada de Madrid desde El Molar. Y en las jornadas de operaciones salida o regreso de vacaciones o largos puentes, podrán «ahorrar incluso más de una hora», pues los atascos que tienen lugar en ese trayecto en esos días son multitudinarios, según señala Juan José Gil, director general técnico de Fenadismer, la patronal española del Transporte.
Recorrer los 240 kilómetros entre la capital burgalesa y Madrid a la velocidad máxima permitida debería llevar dos horas en la actualidad. Sin embargo, el viaje dura más, casi media hora, pues desde El Molar -punto de inicio de la futura autopista- el conductor debe levantar el pie del acelerador al aumentar la densidad del tráfico, que alcanza su punto álgido en el kilómetro 18, en Alcobendas. Al ponerse en marcha la RM-1, el burgalés que opte por pagar el peaje circulará con tranquilidad y a 120 por hora hasta la capital de España. Y los que opten por continuar por la A-1, lo harán por una autovía más descongestionada debido a los coches que eligieron la autopista.
La A-1 o carretera de Burgos, como es conocida en toda España, es actualmente de las vías nacionales que registra mayor intensidad de circulación, con un tráfico de 142.000 kilómetros vehículos diarios en el punto kilométrico 18, que se reduce hasta 49.000 a la altura de El Molar.
La nueva autopista radial -cuyo estudio de impacto ambiental ha sido sometido ya a información pública en la Comunidad de Madrid- discurrirá entre la variante construida en el municipio de El Molar (a 40 kilómetros de Madrid) -ya casi en la sierra- hasta la M-40, y tendrá una longitud de 24,6 kilómetros, a lo largo de los cuales conectará no solo con esta última vía que rodea la capital de España, sino también con la M-50 y la M-100. Se trata de un complejo proyecto que tiene un plazo de ejecución de dos años, y es previsible que se construya entre 2013 y 2015, una vez que se adjudique la ejecución. Requerirá la construcción de 50 estructuras en todo el trazado, de las que siete serán viaductos. La concesionaria disfrutará de la explotación por 30 años.
Centros comerciales
La RM-1 tiene un presupuesto de licitación de 120 millones de euros. Discurrirá por la margen derecha de la actual A-1 y absorberá el tráfico de corto recorrido hacia Alcobendas, San Sebastián de los Reyes y Algete y el de media distancia hacia todas las localidades colindantes a la carretera de Burgos y la Sierra Norte.
La A-1 no solo soporta la circulación de los habitantes de localidades dormitorio que acuden a la capital a trabajar sino la de numerosos madrileños que acuden a los grandes centros comerciales situados en los polígonos empresariales que flanquean la autovía. Uno de ellos es el de Ikea, según recuerda Juan José Gil, quien también alude al circuito del Jarama, al que se desplazan también muchos habitantes de la Comunidad que preside Esperanza Aguirre.
Los burgaleses se beneficiarán de esta infraestructura a la entrada de Madrid pero también cuando salgan de regreso a la provincia, pues «uno de los problemas más graves en la A-1 es el embudo que se forma al pasar la vía rápida de cuatro carriles a solo dos tras superar la salida de Algete. Además, esta nueva vía rápida potenciará la R-2 y la M-12, con lo que la conexión con el Aeropuerto de Barajas también mejorará.