Desde el 2 de julio hasta el viernes 27, los chavales hacen del centro comercial su campamento. A los talleres que realizan en la zona climatizada se suman las actividades al aire libre y las salidas a museos, piscinas y parques. La iniciativa surgió en 2011 y desde entonces no ha parado de crecer el interés por este campamento urbano que abarca hasta nueve horas al día, de lunes a viernes. La inscripción, de 15 euros, se fijó de manera que no fuera un obstáculo pero que sirviera para dar valor a esta actividad. En las ocho ediciones de este programa, Cáritas ha recibido 25.600 euros que ha podido destinar a distintos proyectos. Hoy los jóvenes han participado en un taller impartido por esta entidad para adquirir conciencia de los problemas que hay en el mundo e identificar situaciones de pobreza tanto en otras latitudes como en nuestra sociedad. La labor que realiza Cáritas a favor de la infancia se refleja en Burgos en los dos centros que posee esta organización, en Villímar y en la zona sur. Además, el campamento no excluye a quienes tienen dificultades económicas, sino todo lo contrario, lo que permite que todos los niños participen en las actividades sin ninguna distinción. Este aspecto es uno de los que más destacan los organizadores, ya que permite una integración total.