El crecimiento de Aranda frena la despoblación en la Ribera

A. del Campo
-

La comarca ha perdido el 1,7% de sus habitantes en los últimos diez años. Solo la capital, Fresnillo y Fuentespina han ganado más vecinos de los que se han ido en todo el entorno

Si en toda Castilla y León y en el medio rural español en general la despoblación es el gran problema que amenaza con dejar vacíos pueblos enteros, en la Ribera el peligro no parece tan acuciante. La comarca ha perdido tan solo el 1,7 por ciento de su población en los últimos diez años. Si en 2007 había 48.918 personas censadas en la Ribera, en 2017 (último año del que el INE tiene datos) eran 48.066, es decir, 852 menos. Esta leve bajada demográfica se debe a la pujanza de Aranda de Duero y los pueblos situados a sus alrededores. Solo entre la capital ribereña, Fresnillo de las Dueñas y Fuentespina han ganado 923 habitantes desde 2007. O lo que es lo mismo, estos tres municipios por sí solos han incorporado más vecinos que los 852 que ha perdido el conjunto de la comarca en el mismo periodo.

Para hablar de aumentos y descensos en los padrones municipales lo mejor es atender a evoluciones porcentuales. Por números globales Aranda es el Ayuntamiento que más vecinos ha ganado, al añadir 595, pero esta suma de nuevos habitantes tan solo representa un aumento del 1,9 por ciento respecto a las 31.940  personas que vivían en la villa diez años atrás. Por ello, el pueblo que mejor representa el aumento demográfico en el entorno de la capital es Fresnillo de las Dueñas. Esta localidad es la que más ha crecido en términos porcentuales, aumentando su censo un 57,9 por ciento con 238 habitantes más.

El alcalde de Fresnillo de las Dueñas, Gustavo García, afirma que el crecimiento demográfico de su pueblo se debe «principalmente a la cercanía con Aranda». «Si nosotros estuviésemos un poco más alejados el fenómeno sería distinto. Pero al estar en un radio de cinco o diez kilómetros de una ciudad como es Aranda eso es una ventaja», incide. El regidor socialista añade otro hecho a esta circunstancia. Se trata de la apuesta «de uno o dos promotores que se decidieron por Fresnillo y eso ha hecho que existiera una oferta de vivienda». En este caso, el alcalde señala la importancia de agilizar los trámites para facilitar las construcciones, aunque matiza, «sin favorecer a nadie».

Este aumento de población desemboca en una mayor generación de ingresos que permiten invertir en instalaciones. «Nosotros hemos mejorado ya no solamente el aspecto general del municipio. Sino la creación de una guardería, la creación de instalaciones deportivas...», enumera Gustavo García. Porque para él esa es la clave: ofrecer unos servicios a los ciudadanos para que al final, a la hora de elegir vivienda, se decanten por su municipio. En Fresnillo cuentan actualmente con consultorio médico, una farmacéutica que se desplaza hasta la localidad, guardería (la cual lleva diez años copando sus 15 plazas), biblioteca, ludoteca, sala de informática... De esta forma han conseguido atraer a unos nuevos vecinos que han rejuvenecido la localidad. «Hemos tenido la suerte de recibir gente joven en edad de tener familia y eso ha hecho que un día cualquiera te das un paseo por el pueblo y ves un montón de niños. Eso al final es futuro. El niño que se cría en un pueblo genera ese vínculo. Porque cuando vienen solo de visita a los abuelos, cuando desaparecen los abuelos posiblemente desaparezca el vínculo», explica el alcalde de Fresnillo. 

La otra cara de la evolución demográfica, la más común en todas las zonas rurales de España, la despoblación, la ha padecido más que nadie en la Ribera Villaescusa de Roa. Este municipio ha sido el que más vecinos ha perdido porcentualmente entre 2007 y 2017. En esos diez años su censo se ha reducido un 34,9 por ciento al restar 58 habitantes a los 166 que tenía diez años atrás. Su alcalde, Jesús Martínez, inicia el análisis de la situación con una declaración contundente: «Aquí nos quedamos solos prácticamente. La despoblación se debe a que la gente cada vez es más mayor y gente joven no hay. Si han nacido últimamente aquí, en ocho años, dos niños. Ha habido mucha gente joven. Y los  que se han casado se han ido a poblaciones más grandes, a Roa, Aranda, Burgos… porque tienen más servicios. Los médicos, los colegios…».

A pesar de la despoblación que sufre Villaescusa, su alcalde afirma que a nivel de servicios no están mal. Mantienen un consultorio y todos los días cuentan con vendedores ambulantes que suplen la falta de tiendas. En este sentido, el de mantener unos servicios mínimos, Jesús Martínez destaca la colaboración de la Diputación. Su homólogo en Fresnillo es más reivindicativo y concluye que para mantener la población en los pueblos hay que dotar a estos de comunicaciones, tanto físicas como digitales. Porque sin unas conexiones rápidas y cómodas «difícilmente se va a crear trabajo» y esa, junto a los servicios sanitarios, es la clave en la que coinciden ambos ayuntamientos a pesar de sus diferencias demográficas.