Explicación clara y sin tapujos. Algo que hubieran agradecido los clientes que un día decidieron depositar sus ahorros en las participaciones preferentes y que ahora están en un laberinto de difícil salida. Democracia Real YA organizó ayer una sesión para dar algunas claves del mecanismo de negociación de este producto financiero.
«Cuando deseamos cortarnos el pelo acudimos a un peluquero y no a un podólogo. Ambos se encargan del cuidado del cuerpo pero de diferentes partes. Es lo mismo que ocurre con los empleados de bancos y cajas de ahorros y los asesores financieros», sentenció Carlos Castiñeiras. A su juicio, las entidades están para depositar y guardar el dinero de los clientes pero no para asesorar, que eso corresponde a otros profesionales con criterios más objetivos. «Los empleados de la Banca solo defienden su sueldo y su prima a final de año pero no los intereses del ciudadano», afirmó.
Fue su argumento para alertar a las personas que tienen preferentes que no caigan en los mismos errores y estudien cada una de las alternativas que ahora ofrecen las entidades para canjear ese producto. Y es algo que afecta a más de 3.000 burgaleses, según la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae).
Este experto que dio la charla a en la Sala Polisón apuntó que el pequeño inversor desconoce qué son los bonos, acciones, la deuda subordinada o convertibles. «Nosotros no nos ponemos del lado del fuerte ni del débil sino lo que es justo. Está claro que un ahorrador que va a su entidad y le venden participaciones preferentes como si fuera un plazo fijo ha sufrido una injusticia», precisó .
Pero el representante de Democracia Real YA fue más allá y lamentó que este tipo de situaciones tengan lugar en un «país de pandereta». Echó en falta que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no haya sancionado aún a las entidades que vendieron estas preferentes, sobre todo en el caso de alguna caja de ahorros que ha bloqueado las órdenes de venta para que los clientes afectados puedan recuperar sus ahorros. Incluso alertó de la posibilidad de que el Ministerio de Economía apruebe una normativa para obligar a la Banca a suspender el pago de los intereses de las preferentes para fortalecer sus cuentas. «Esto solo ocurre en un país poco serio que cambia las reglas del juego a mitad del partido», manifestó.
En la actualidad, muchos clientes de diferentes entidades están atrapados, y con difícil salida, ante lo que Castiñeiras calificó de «deuda perpetua» porque el cliente prestó un dinero a su banco o caja pero la devolución de ese préstamo no lo elige el ahorrador, porque negocia en un mercado secundario similar a la Bolsa.