El sacerdote burgalés Valentín Palencia será declarado beato

diariodeburgos.es
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El Papa promulga el decreto de martirio del cura y cuatro de sus alumnos, que fueron asesinados «por odio a la fe» durante la dura persecución religiosa en España a comienzos de siglo pasado

El sacerdote burgalés Valentín Palencia Marquina está cada vez más cerca de los altares. Ayer mismo, el papa Francisco promulgaba el decreto por el que declaraba al siervo de Dios y a cuatro de sus compañeros como mártires. La razón de tal dignidad se debe a su asesinato «por odio a la fe» acontecido en Suances el 15 de enero del año 1937 en plena persecución religiosa de comienzos del pasado siglo. Esta disposición del papa supone el avance definitivo en el camino a los altares de este sacerdote, que podría ser declarado beato de forma inminente.

El sacerdote burgalés y sus otros cuatro compañeros -alumnos suyos- Donato Rodríguez García, Germán García García, Zacarías Cuesta Campo y Emilio Huidobro Corrales esperan así la veneración y el culto que se les tributa a los santos, cuando la Iglesia les eleve a la categoría de beatos. La diócesis puso en marcha su proceso de beatificación en 1996 y en 2003 fue presentado en Roma, siendo Saturnino López Santidrián, catedrático de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología y responsable de las causas de los santos en la diócesis, el encargado de llevarlo adelante. Es uno de los primeros mártires del siglo pasado cuya causa de beatificación ha llevado a cabo la Iglesia burgalesa por tratarse de un sacerdote diocesano.

Nacido en Burgos el 26 de julio de 1871, Valentín Palencia fue un incansable educador de niños y jóvenes. En el año 1898 fundó junto a la iglesia de San Esteban el Patronato de San José, dedicado a la educación de los niños huérfanos y pobres de la ciudad y en el que desarrolló un taller donde enseñarles distintos oficios, dotando al centro de estudios de una metodología de aprendizaje muy avanzada para la época, mezclando la música, el teatro y otras expresiones artísticas, en relación con la metodología empleada por su amigo el padre Andrés Manjón. Entre sus encargos al servicio de la diócesis burgalesa, destaca la capellanía de la capilla de San Enrique de la catedral. Perteneció también a varias cofradías y fundó la de la Sagrada Familia.

Estando con sus alumnos en Suances, Palencia y cuatro de sus alumnos fueron arrestados a causa de una denuncia de uno de sus alumnos quien, disgustado por no recibir la propina del sacerdote debido su conducta, decidió denunciarlo por celebrar la eucaristía al Frente Popular de Torrelavega. Fueron asesinados en el monte Tramalón de Ruiloba, cerca de Suances, el 15 de enero del año 1937.

 

Mártires burgaleses.

El anuncio de la declaración del martirio de Valentín Palencia se produce en vísperas de la ceremonia en la que serán declarados beatos otros cuatro burgaleses: son los religiosos Antonio Delgado, Bienvenido Mata, Eugenio García y Leadro Gómez, monjes del monasterio cisterciense de Viaceli, en Cóbreces, Cantabria. Su beatificación tendrá lugar en Santander mañana 3 de octubre.

Burgos se convierte así en una de las diócesis españolas con más mártires de la persecución religiosa de comienzos de siglo pasado, sumando ahora un total de 172. La última beatificación de mártires burgaleses tuvo lugar en Tarragona en octubre de 2013. En ella fueron beatificados un total de 67 religiosos de la provincia.

Con toda probabilidad, la beatificación se celebraría en Burgos en los próximos meses. El arzobispado de Burgos y la Santa Sede empiezan a trabajar para preparar la ceremonia.