La Confederación del Ebro marca las zonas de mayor riesgo de inundación

G.A.T./ Miranda
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Un estudio inicial localiza los puntos de mayor riesgo de la cuenca en Miranda y su entorno, destacando la afección en mayor medida a las zonas del barrio de Aquende, aunque también algunas situadas en Anduva y El Lago

En 2003, el puente de Carlos III se salvó de ser tapado por completo por las aguas, aunque el río inundó varias calles adyacentes. - Foto: Truchuelo

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) está ultimando los trabajos para la elaboración de un plan de gestión de riesgos de las llamadas Áreas con Riesgo Potencial Significativo de Inundación (Arpsis), plan en el que Miranda y otras muchas localidades de su entorno también afectadas por la cuenca como Condado de Treviño, La Puebla de Arganzón, Pancorbo, Bugedo, Santa Gadea del Cid o Bozoó están incluidas.

Desde el organismo ya se ha hecho un importante trabajo de evaluación preliminar del riesgo de inundación y de identificación de estas zonas, que en el próximo año se completará con la elaboración de los mapas exactos, y en el año 2015 se concluirá con la redacción del citado plan para toda la cuenca incluyendo las medidas a adoptar.

En Miranda y su entorno son varias las zonas inicialmente catalogadas con riesgo (desde el bajo al alto), aunque las marcadas con riesgo significativo (el más elevado por su potencial afección) se concentran en los términos municipales de Miranda y de Condado de Treviño.

Para elaborar este trabajo se han tenido en cuenta numerosas fuentes documentales además de las aportaciones de los guardas fluviales de cada zona, e incluso los documentos periodísticos publicados con motivo de las crecidas. Así, por ejemplo, se recoge un listado de las avenidas más significativas detectadas en el Ebro a su paso por Miranda, y en base a esta documentación se detectan episodios reiterados con cadencias diferentes, aunque muchas veces con un episodio más significativo al año.

Riada natural

Según las fichas empleadas, en la ciudad la causa de las inundaciones son exclusivamente fluviales, por un desbordamiento natural de cauce del Ebro así como de las defensas existentes. Además se trata de «una inundación relámpago y de barrancada», se detalla, en la que existe un elevado flujo de agua que además de circulara gran velocidad lo hace con una alta carga de sedimentos.

Los riesgos principales, identificados en un trazado de cauce de apenas 3 kilómetros entre el paraje de Los Pinos y el barrio de Anduva, son para la propia infraestructura de las riberas y varias zonas del casco urbano, advirtiéndose de la afección de hasta 35 calles, viviendas, locales comerciales, instalaciones de servicios y viales. En más detalle se especifican puntos de riesgo como equipos eléctricos, el puente de la N-I en la calle Bilbao, la barriada Primero de Mayo, la zona de La Arboleda y Los Pinos, el Casco Histórico, las piscinas municipales de Anduva…

Zonas en las que las aguas ya han hecho de las suyas en episodios anteriores, como ocurrió en los primeros días de febrero del año 2003 (la mayor de la última década), cuando el Ebro se desbordó por el centro de la ciudad inundando calles como Eras de San Juan, Bilbao, Independencia, Ronda del Ferrocarril, República Argentina, San Agustín, Arenal, La Arboleda… además de varios garajes, comercios, viviendas y sótanos de dependencias públicas como el instituto Fray Pedro de Urbina, la comisaría de la Policía Nacional o el centro de salud en la calle Condado de Treviño.

También ese año hubo enormes problemas en la urbanización El Lago, cuyos garajes de forma periódica se ven afectados por las crecidas, no del Ebro en este caso, sino del Zadorra, que discurre a escasos metros de las viviendas. Por ello el trabajo de la CHE también identifica este punto como uno de los que tienen riesgo significativo, detallando que es reiterado en episodios de avenidas en el Zadorra la inundación de viviendas y los garajes de estos chalés.

Cerca

También dentro del término municipal de Miranda la CHE ha identificado otros puntos con riesgo alto significativo, en la zona de Valverde de Miranda (río Oroncillo), y más con riesgo alto importante (una escala menor que el significativo) aguas arriba y debajo del núcleo urbano de Miranda, en Orón y Bugedo. Se detectan igualmente potenciales riadas en municipios como Bozoó o Santa Gadea del Cid.

La otra gran zona que el CHE identifica con potencial riego de inundaciones afecta al Condado de Treviño. En La Puebla de Arganzón identifica como zonas con mayores problemas por el desbordamiento del Zadorra la carretera de acceso a Tuyo, el puente y el molino. Mientras, en Condado de Treviño, los problemas y riesgo son mayores, lo que también demuestran episodios pasados como las inundaciones registradas en abril de 2007.

En Treviño las afecciones las provoca el desbordamiento del río Ayuda con alertas principalmente a infraestructuras como carreteras o espacios públicos como el campo de fútbol, incluyéndose como puntos sensibles poblaciones como Franco o Ventas de Armentia, donde expresamente se indica la potencial afección a una de sus urbanizaciones residenciales.

Oroncillo

Con lo que respecta a Pancorbo, bañada por el río Oroncillo, su desbordamiento presenta riesgos altos desde su cabecera hasta su desembocadura en Miranda, y en lo que se refiere al casco urbano, se alerta de las consecuencias sobre algunas calles y viviendas, así como sobre el colegio y el cuartel de la Guardia Civil. Lugares que ya comprobaron los efectos de una riada en junio del año 2008.

Este trabajo preliminar, que incluye datos de toda la cuenca y con ello, de otras zonas próximas de Burgos, Álava y La Rioja, es la base con la que la Confederación trabaja para mejorar el conocimiento de la cuenca del Ebro y así poder crear herramientas más precisas con las que afrontar las inundaciones.

«La lucha contra sus efectos requiere la puesta en marcha de soluciones tanto estructurales (obras de defensa) como no estructurales, como los planes de Protección Civil, la implantación de sistemas de alerta temprana, la corrección hidrológico-forestal y, especialmente, medidas de ordenación del territorio», explican desde la CHE. Por ello este trabajo permitirá «reducir las consecuencias de las inundaciones sobre la salud humana, el medio ambiente, el patrimonio cultural y la actividad económica», avanzan.