Situada en un vallejo a algo menos de ochenta kilómetros de la capital, y muy cerca del límite de la provincia de Burgos con Soria, se esconde Rabanera del Pinar, un bello rincón atravesado por el trazado de la antigua línea del ferrocarril Santander-Mediterráneo y vigilado, desde lo más alto, por uno de sus emblemas, su campanario, exento de la iglesia y apoyado sobre una roca. Un lugar pintoresco, que se cree fue torre de vigía durante la época medieval y que en cuyo interior custodia dos campanas que, curiosamente, se voltean con el pie.
Reconocido con el Premio Provincial de Conservación del Patrimonio Urbano en 2001, Rabanera del Pinar es un pueblo que cuida de sus calles, monumentos y costumbres y conserva algunas edificaciones antiguas, como el potro, la fragua, o los lavaderos, que durante los pasados años han sido objeto de pequeñas actuaciones para que se mantengan en el tiempo, como también ha ocurrido con el edificio del toril, restaurado recientemente, que cuenta con dos plantas diáfanas y con la previsión de poder instalar en su interior algún negocio, como explica el alcalde de Rabanera, Tinín Elvira Elvira.
Igualmente son interesantes los restos de la ermita de San Andrés, del siglo XI y de la que queda el cabecero; la ermita de San Roque, del siglo XIX; y el Puente Soriano, otra de las joyas de la localidad pinariega. Conocido como Puente Romano, el actual tiene un origen medieval, aunque no se descarta que aquel estuviera realizado sobre otro romano. Se encuentra dentro del Camino de Santiago Castellano-Aragonés y de una Cañada Real, y el año pasado fue restaurado con una actuación integral que supuso una inversión de 32.400 euros, de los cuáles 28.000 fueron aportados por Asopiva y el resto por el Ayuntamiento de Rabanera.
En cuanto al presente y al futuro de la localidad, el Ayuntamiento está trabajando, en colaboración con la Asociación Cultural Peñas Santana y con los dueños de las casas rurales, en un proyecto de recuperación de tres rutas: la de Las Cruces, Las Fuentes y Los Chozos. «Hay que limpiar las sendas, señalizarlas y restaurar las cruces, chozos y fuentes que hay al paso de cada una y que les dan el nombre. Iremos poco a poco, y estarán dirigidas tanto a los vecinos como a los turistas», explica Tinín Elvira, que recuerda que el municipio cuenta con cinco casas rurales, lo que supone más de setenta plazas.
A estas tres rutas podría unirse una más, la Vía Verde en la que pretenden convertir el trazado del Santander-Mediterráneo desde Soria hasta Burgos y que a su paso por Rabanera tendría un recorrido de seis kilómetros. Además de la recuperación de estas sendas, el consistorio se encuentra inmerso en otros proyectos, como es la concentración parcelaria y la celebración, esta misma tarde, de la Muestra de Folclore Burgalés, que cada año convoca la Diputación de Burgos y que reunirá en Rabanera a trece grupos.
Otros proyectos pasados y que tendrán continuidad en el futuro por parte del Ayuntamiento son el asfaltado de las calles y el cambio del alumbrado público a bajo consumo. «El año pasado destinamos 80.000 euros a asfaltar calles y este año dedicaremos la mitad. En cuanto al cambio de las luces, lo vamos haciendo poco a poco, ya que el casco urbano es muy amplio», explica el alcalde, que destaca la colaboración desinteresada de los vecinos siempre que les convocan para llevar a cabo alguna actuación o actividad.
Por otro lado, Tinín Elvira reivindica la llegada de internet a la localidad, y asegura que seguirá luchando para que su pueblo pase a ser competencia del centro de salud de Salas de los Infantes, y no del de la localidad soriana de San Leonardo de Yagüe, como es en la actualidad. «La distancia es la misma a una y otra, pero los vecinos de Rabanera tienen más vinculación con Salas, ya que es allí donde acuden a los bancos o cajas, al juzgado… Ya se lo hemos comunicado a la Junta, pero no obtenemos respuestas».
Rabanera celebra sus fiestas de la Degollación de San Juan los días 28, 29, 30 y 31 de agosto y el miércoles antes de la Ascensión la fiesta de La Mata y El Seto, día en el que se bendicen los campos y hay comida popular. Además, durante una semana de agosto se celebra la Semana Cultural; el primer sábado de febrero se conmemoran Las Candelas, una fiesta que se ha recuperado recientemente; y el 28 de marzo se cantan Las Marzas, otra tradición recuperada, en este caso gracias al párroco Domingo Contreras.