Adif prevé que el ramal solo mueva uno o dos trenes a la semana

J.C.O. / Aranda
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La empresa sigue firme en su pretensión de trasladar a Burgos (4) y a Valladolid (1) a los 5 trabajadores de la estación arandina por las escasas y puntuales circulaciones que espera

La construcción del ramal ferroviario al Polígono Industrial Prado Marina de la capital ribereña  no es motivo suficiente para  Adif para mantener los cinco puestos de trabajo de la estación Aranda de Duero-Montecillo. La empresa sigue firme en su decisión de suprimir los equipos de trabajo, en concreto tres puestos del Gabinete de Circulación de la capital ribereña y dos del Servicio Itinerante de Circulación con base en la villa del Duero, para trasladar a los trabajadores a Burgos y Valladolid, ante las «escasas» y «puntuales» circulaciones de trenes que prevé por la línea.
Pese al fuerte rechazo social y político, en la primera reunión del periodo de consultas sobre la movilidad geográfica mantenida con el comité de empresa, la compañía evidenció su intención de tirar para adelante aunque no habrá acuerdo ya que todos los sindicatos (UGT, SF, SCF, CCOO y CGT) están en contra de esta medida.
La empresa esgrime como razones que el tramo entre Aranda y Madrid-Chamartín  tiene en la actualidad suspendida la circulación  y entre la capital ribereña y Burgos «adolece» de demanda de trenes comerciales, habiendo pasado solo un convoy desde abril de  2012:el tren turístico fletado por la Asociación de Amigos del Ferrocarril en julio de 2014 que realizó un recorrido en cada sentido.
 
Inactivos.
Adif argumenta que la situación de la línea supone una falta de tráfico ferroviario habitual con lo que los trabajadores adscritos al centro de trabajo del Gabinete de Circulación  carecen de trabajo efectivo y que la ocupación de los del Servicio Itinerante de Circulación se reduce a la limpieza y engrase de las agujas de la capital ribereña cada 20 días. 
Todo ello con un coste en personal que supera los 180.000 euros anuales, más el  mantenimiento del centro de trabajo. La empresa  lo ve  inasumible al entender que no existen circulaciones que justifiquen la presencia de 5 trabajadores en unos puestos sin actividad los últimos cuatro años.
La compañía estima que los puestos del Gabinete de Circulación no son necesarios para el funcionamiento del centro de trabajo, planteando llevar a uno de los tres trabajadores afectados a Valladolid, ya que vive en Peñafiel, y a los otros dos a Rosa de Lima. Asimismo apuesta por una reorganización de los empleados del Servicio Itinerante de Circulación para aprovechar mejor los medios humanos y materiales,  reforzando otras bases de ese mismo servicio, como es Rosa de Lima, mayores y que se   consideran estratégicas.
Adif cree que «las escasas y puntuales» circulaciones que pudieran transitar  en el tramo entre Burgos y Aranda pueden ser atendidas por los trabajadores adscritos al Servicio Itinerante de Circulación con base en Burgos o Miranda, que se desplazarían puntualmente como ocurre con el puerto seco de Pancorbo. Algo que los sindicatos califican de «parche».
Y es que, tal y como ha informado a DB el delegado de UGT, Román Barroso, la compañía parece dudar de las optimistas previsiones hechas por las empresas siderúrgicas de Prado Marina para reivindicar la ejecución del ramal,  cuyos cálculos eran llegar a mover hasta 300.000 toneladas anuales de bobinas de acero desde los puertos de Bilbao, Santander o Pasajes hasta la capital ribereña, lo que en la práctica iba a suponer prácticamente un tren diario.
De hecho los representantes de Adif trasladaron verbalmente al comité que la previsión real es  «como mucho» de dos trenes semanales», lo cual ya podrían considerar un éxito, «y dudan  de que haya uno a la semana». Y esgrimían que por el momento solo existen «buenas intenciones» sin que hayan recibido una solicitud real y efectiva por parte de ningún operador ferroviario para prestar el servicio.
Los sindicatos han mostrado su disconformidad con esta medida, para la que no ven «ni la causa ni la oportunidad».  Defensores de que las previsiones de movimientos de cargas invitan al optimismo propusieron a la empresa que aplazara al menos un año la decisión a la espera de ver cuál era la carga real a trabajo y, ante la negativa, le propusieron que haya una reversibilidad en el caso de que vuelva a haber tráfico de trenes.Una puerta que no cerró pero que para Román Barroso en la práctica supondrá la firma de la sentencia de muerte de la estación de Aranda.  «Esto no tiene vuelta de hoja. Y si en el futuro apuestan por esta línea pues pasarán los trenes pero nada más», advierte.