La actuación policial reduce los problemas en las lonjas juveniles

G.A.T. / Miranda
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La que ardió hace unos días en la calle Arenal había sido precintada por la Policía Local días antes, después de que los vecinos presentaran una denuncia en el Ayuntamiento

El uso de lonjas y pisos como espacios de reunión de jóvenes está extendido, y son varios los bajos de edificios que sin un uso comercial o como garaje se alquilan a grupos de jóvenes que allí se resguardan del frío en invierno y se juntan, generalmente los fines de semana. Música, consolas de juegos, alcohol y tabaco no suelen faltar, en reuniones que se prolongan hasta altas horas de la madrugada y, en ocasiones, entran en conflicto con los residentes de los inmuebles que sufren las consecuencias generalmente en forma de ruidos.

De hecho hay decenas de denuncias anuales por generación de ruidos, en muchas ocasiones provenientes precisamente de estas lonjas ocupadas por chavales, y en ocasiones los problemas van a mayores, como ocurrió el pasado jueves, con el incendio de una de estas lonjas que previamente había sido ya precintada por la Policía Local ante las denuncias vecinales.

Es precisamente la denuncia la mejor manera de proceder, y de hecho en el departamento de Seguridad Ciudadana han constatado cómo los problemas generados en las lonjas de este tipo se han reducido. «Ha bajado la ocupación bastante, ya que cada vez que hay una queja vecinal se acude al lugar y se toman medidas», explica el concejal Joaquín Muñoz, reconociendo que generalmente los problemas que se generan en este tipo de lonjas son de ruidos, bien porque hablan alto o ponen música a un elevado volumen.

Precisamente por generación de ruidos hubo el año pasado un total de 35 denuncias, muchas de ellas localizadas en locales de este tipo. «Sí es cierto que hubo una época que daba problemas, pero han descendido mucho», se explica.

De esta manera ante una queja, que suele ser de una comunidad de vecinos, se activan los protocolos y la Policía Local hace un seguimiento. «Si se ve que las condiciones que reúne el local no son las óptimas para que allí se junten los chavales se toman medidas», detalla Muñoz. En ocasiones con un simple aviso policial ante el exceso de ruido el problema se soluciona, pero en otras, como ocurrió con la lonja que ardió hace unos días, se actúa de forma contundente.

Ante las quejas se actúa sobre la propiedad para que intervenga ante los ocupantes. En la lonja que ardió en la calle Arenal (en los bajos el número 13) así se había hecho, precintando el local que ocupaban los chavales. El incendio ocurrió días después, y se investiga si cómo creen algunos vecinos fueron los propios jóvenes que la habían usado hasta ser precintada los que algo tuvieron que ver con el suceso. De hecho, según algunos testigos ya había advertido de que la iban a quemar como represalia por el desalojo.

No preocupa

«La ocupación de lonjas no es un problema que preocupe de forma especial actualmente, no tenemos constancia de que sea un problema generalizado probablemente porque a raíz de que se han presentado quejas o se han detectado los problemas se han tratado de poner solución», apunta Muñoz.

Sobre este asunto ya el PP pidió hace más de un año una regulación específica para este tipo de locales, con una normativa y un sistema de licencia que permitiría mejorar la seguridad de los ocupantes, unas mínimas condiciones de higiene y la conciliación con los vecinos, además de la posibilidad de obligarles a hacer un seguro ante posibles daños. Ello incluiría un censo, ya que el PP recordaba que hay uno policial del año 2011 que hablaba de 63 locales de este tipo, es necesario actualizar.