Una constructora arandina finaliza su primera obra en Arabia Saudí

Samanta Rioseras / Aranda
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Hermanos Riesgo se abre un hueco en la península arábiga al lograr una adjudicación del Estado para construir un centro de investigación alimentaria en la capital de Riad

Han necesitado rellenar cientos de papeles, un exhaustivo trabajo de información, una intensa labor de campo para crear contactos y numerosos viajes para hacerse un hueco en Arabía Saudí. Tres años después de que los responsables de Hermanos Riesgo aterrizasen por primera vez en este país, la constructora arandina ha logrado finalizar una obra en Riad, la capital. Se trata de un centro de investigación, ubicado en el Instituto Tecnológico Al Kharj, que han podido desarrollar tras ganar una licitación en el año 2013.

«Era la segunda a la que nos presentábamos», comenta Miguel Riesgo. «Pero el esfuerzo previo fue enorme», recuerda. Eran conscientes de ello antes de tomar el primer avión, pero se atrevieron a dar el paso porque coincidió con su proceso de internalización y las perspectivas eran prometedoras «El mercado es bueno en todos los aspectos, especialmente en el de la construcción», asegura.

En este sentido, menciona el esfuerzo económico que está realizando el gobierno saudí: «Tienen un plan de inversión a 15 años, que empezó hace cuatro, para renovar infraestructuras, tren, metro, autovías, puentes», enumera. «Incluso hacer ciudades totalmente nuevas». Una apuesta que ya ha captado la atención de muchos españoles. «Está lleno. Ya es normal oír el acento andaluz desde un andamio», comenta, entre risas.

Un deje que no se oye dentro del centro de investigación construido por los arandinos. «Son todos saudíes que se encargan de lo que aquí llamamos el I+D+i», apunta. Sin embargo, dice, su nivel está muy por detrás del español. «Pero con las inversiones que están haciendo y lo poco que se invierte ahora en Europa nos pillan y rápido», puntualiza. En cambio, reconoce que la formación aún es baja, pues la principal traba para llevar a cabo el proyecto fue encontrar mano de obra. «Los requerimientos de seguridad también son muy escasos y cuando llegas te toca implantarlo».

El futuro

Riesgo se muestra satisfecho por lo conseguido, pero su objetivo es continuar en el país. De hecho, ya tienen sobre la mesa nuevos contratos para construir tres clínicas médicas en diferentes ciudades. Además, forman parte de un consorcio de empresas españolas en el que cada una está especializa en un sector. «Las hay relacionadas con la ingeniería, otras con los prefabricados, otras centradas en las instalaciones...», comenta. Diferentes ramas que les permitirán optar a proyectos más grandes que esperan «conseguir en breve», se limita a decir.

Para ello, deberán aceptar las leyes del país. «El choque cultural es bastante fuerte. También las penas por incumplir sus normas». Entre las que más le sorprendieron, Riesgo comenta el cierre de locales cinco veces al día para cumplir con el rezo. «Una policía especial se encarga de que se cumpla. ¡Se para el país!», exclama.