La totalidad de empresas acreedoras de Interbon mostraron ayer su total respaldo a la oferta económica realizada por Kronospan para adquirir el grupo maderero burgalés y mostraron su temor a que detrás de las otras dos propuestas de compra, capitalizadas por el grupo gallego Losan, se esconda la intención de cerrar las fábricas de Castañares y Salas «y quitarse competencia de en medio».

Este grupo de más de medio millar de proveedores, la mayoría radicados en la Sierra de Pinares y reunidos ayer en la Casa del Empresario, insiste en que la oferta de la multinacional austriaca es «de futuro», afirmación que sustentan en el mantenimiento de todo los empleos (370)y los 50,5 millones que desembolsaría en el momento de realizar la compra, lo que cubriría los 20 millones en créditos contra la masa que soportan estos acreedores y parte de la deuda  pendiente de Unopan.

Asimismo, según destaca el abogado David García, del despacho Área Global y portavoz de la plataforma de afectados, Kronospan tiene el compromiso de mantener la actividad en Burgos un mínimo de 10 años, «penalizándose con un millón de euros en el caso de incumplimiento del mismo».

La inversión adicional de 25 millones de euros en los próximos 5 años también es «muy interesante».De hecho, según les ha explicado el propio presidente de Kronospan, Peter Kaindl, el plan previsto es cubrir desde Burgos los mercados de tablón aglomerado del norte de Francia y el norte del continente africano, lo que supondría mejoras especialmente en la planta de Castañares.

También ha seducido a los proveedores el plan de pago de facturas con un plazo de 15 días, frente a los 180 con los que, aseguran, está pagando el grupo gallego.

Competencia

Durante buena parte de la reunión celebrada en FAE y en la que estuvo presente su presidente, Miguel Ángel Benavente, los afectados insistieron en los problemas de competencia en el mercado español que acarrearía dejar a Interbon en manos de Losan. Temen que el grupo gallego acabe cerrando en el medio plazo Interbon para mantener su hegemonía nacional. «Si el proceso de venta se alarga a base de impugnaciones al dictamen del juez, nos afectará y mantendrá cerradas las fábricas facilitando su desaparición», señalaban los presentes, entre los que hay transportistas, suministradores de materias primas, explotadoras forestales...   

De hecho, en sus propuestas definitivas, Losan y Tableros de Burgos, que ofertan 80 millones  abonados en un plazo de 10 años y garantizan el 90% del empleo, ya advierten que se reservan el derecho de impugnar la adjudicación porque ha habido «defectos de forma y de fondo» en la solicitud inicial presentada por Kronospan, en el sentido, que la cifra inicialmente propuesta por ésta no alcanzaría los 50 millones en los que se valoraba inicialmente Interbon.

La presentación de impugnaciones retrasaría un proceso que tiene fijado su fecha clave el próximo 3 de septiembre, cuando se hará público el dictamen del juez sobre el comprador. Hoy, la Administración Consursal, presentará su escrito valorando las ofertas presentadas y que, en principio, se decantaría por la de Kronospan.

Al término del encuentro, Benavente animó a todos los implicados en el largo proceso «a apostar por el caballo ganador: todos vemos el futuro en una compañía y otras que parece querer quitarse la competencia de en medio».