Entre maquetas de historia

A. del Campo
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La sede de la Asociación de Vecinos de Santa Catalina muestra una serie de miniaturas de templos ribereños hasta el 27 de noviembre

La Memoria de las Piedras. Este es el título de la exposición de maquetas que acoge la asociación de Vecinos de Santa Catalina (calle Zazuar, 1, Aranda) hasta el próximo 27 de noviembre. De lunes a viernes y en horario de 18.00 a 20.00, la sede vecinal albergará la representación en miniatura de trece templos ribereños. Las recreaciones son obra de Jesús Fernández Chico y el auténtico valor de las mismas está en toda la historia que encierran.

Cada una de las piezas es una versión historiada, es decir, la reconstrucción del monumento en su época más gloriosa. Así, la actual iglesia de la plaza de Roa muestra su realidad cuando era una colegiata. Junto al templo actual se puede observar el claustro donde residían y se formaban los religiosos. 

Entre las 13 maquetas de la serie, cuatro son de monumentos que ya no están en pie. La mayoría fueron afectados tanto por la guerra de la Independencia como por la desamortización de Mendizábal. Son los conventos arandinos de Santi Spíritus y de San Francisco, así como el Palacio Episcopal de la capital ribereña. A ellos se une una representación de la extinta Iglesia de la Santísima Trinidad de Roa.

Todas las maquetas de la colección de Jesús Fernández Chico se ciñen a monumentos de Roa de Duero, Aranda y Torresandino. La razón es muy sencilla, él es de Roa y siempre ha querido recordar el gran pasado de su pueblo, pero ahora vive en Aranda, de ahí la presencia de Santa María o San Juan. Queda Torresandino, y su protagonismo se justifica porque es el pueblo de su mujer.

Jesús Fernández Chico siempre fue un gran aficionado a la arquitectura, pero fue en 2005 cuando se lanzó a convertir su pasión en parte de su vida. A partir de la asistencia a diversos cursos de  Historia del Arte, en el centro Conde de Aranda, adquirió un conocimiento del pasado de la comarca que se refleja en sus maquetas. Cada uno de los modelos expuestos en Santa Catalina está acompañado de un amplio texto que contextualiza la pieza y su evolución. Las palabras le salen solas al explicar los detalles de sus creaciones de cartón. Y también es humilde al puntualizar que, aunque se ha documentado, consultando plantas de los edificios, fotos antiguas... cada obra es el resultado de «agregar imaginación a la tarea investigadora».