El parque urbano de La Quinta se arreglará y abrirá al río

Gadea G. Ubierna / Burgos
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El Ayuntamiento acaba de adjudicar la redacción de un proyecto para recuperar y potenciar la idea original de representar los distintos ecosistemas de la provincia

El Ayuntamiento quiere que se abran accesos al Arlanzón como el que está frente al MEH. - Foto: Ángel Ayala

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La reforma del tramo de La Quinta comprendido entre el puente Gasset y el de la autovía, pospuesta una y otra vez en los últimos años, parece que por fin va a ser realidad antes de que concluya 2014. La Concejalía de Medio Ambiente ha conseguido una partida de 17.500 euros para sacar a concurso y adjudicar la redacción del proyecto de obra que devuelva al parque el aspecto original que se le dio a finales de los años noventa, cuando se pretendió convertirlo en un ejemplo de la variedad paisajística de la provincia. Para ello, el pliego establece como condiciones que se talen todos los chopos que resistieron a la última reforma, que los jardines más próximos al puente Gasset se supriman y se diseñen de nuevo con la misma estética del resto del parque, que se clareen zonas muy densas y que todo el conjunto se abra al río Arlanzón de manera semejante a como se ha hecho frente al Museo de la Evolución Humana.
El proyecto, que ya está en redacción, debe diseñar una reforma por un importe máximo de 150.000 euros y en la que no se contemplen obras de gran envergadura, sino intervenciones más bien discretas que se limiten a adecentar lo ya existente. Según ha declarado en diversas ocasiones la responsable de Medio Ambiente, la concejala Carolina Blasco, la idea es recuperar y potenciar la idea inicial de jardín botánico con especies autóctonas de toda la provincia, no crear uno nuevo.
Por ese motivo, en el pliego de condiciones elaborado para la redacción del proyecto, se establece como prioridad unificar el diseño de todo el conjunto para poder «integrar» la parte más próxima al puente Gasset, que no tiene nada que ver con el resto al ser una zona ajardinada con un paseo central y una escultura de Segundo Escolar, a la que sigue otro espacio intermedio con lavanda, plantas aromáticas y otras especies ornamentales, que podrían eliminarse. En este sentido, el Ayuntamiento también quiere que se arregle el seto ubicado junto a la carretera de la calle Cartuja Miraflores y que se coloque una valla de estética semejante a la de toda la zona en lugar de la actual valla metálica.
Esta es la parte que, a juzgar por las condiciones, más cambiará tras la reforma. En el resto apenas habrá modificaciones significativas, salvando la previsión de «eliminar todos los Populus que no se talaron cuando se realizaron las obras de creación del parque». En este sentido, el pliego no especifica si es que esta treintena de chopos que se mantuvieron en los noventa están enfermos como los de Fuentes Blancas o que, simplemente, su permanencia no responde a la idea de jardín botánico con especies autóctonas. Como contrapartida, habrá que «incrementar la cobertura vegetal» en otras zonas en las que se considere propicio. 
En cualquier caso, en la parte central y en la más próxima al puente de la autovía solo se prevé clarear zonas en las que años de abandono han favorecido una densidad de arbolado muy alta; algo que impide un correcto desarrollo de las especies y que al mismo tiempo se cree un problema de inseguridad ciudadana por la falta de visibilidad. Para evitar este último punto, se obligará a abrir claros y a ejecutar «realzados». También se mantendrán los caminos de asfalto principales y los senderos que recorren cada una de las islas de vegetación, tanto los primitivos de los años noventa como los que se han ido creando con el paso continuado de gente por sitios en los que, en principio, no había accesos. La única diferencia es que se «pavimentarán en terrizo para que todos ellos cuenten con sección y diseño uniformes».  
Novedad es, sin embargo, la posibilidad de crear pequeñas plazas en aquellas zonas que, tras el nuevo diseño, sean susceptibles para ello.
 
modelo de la isla. Otro de los aspectos en los que ha insistido Medio Ambiente es en la necesidad de fomentar una mayor integración del parque con el río, por lo que considera oportuno que se creen nuevos accesos a las riberas del Arlanzón siguiendo el ejemplo de lo realizado ante el Museo de la Evolución Humana y en el paseo de la Isla. 
Los diseños del parque de La Quinta y del paseo de la Isla no tienen nada que ver, dado que el uno pretende ser un ejemplo autóctono de la variedad paisajística de Burgos y el otro es un jardín afrancesado. Sin embargo, los técnicos de Medio Ambiente sí han creído «deseable» que se siga el modelo de la reforma de la Isla en algunos detalles como la integración con el río o la cartelería con las explicaciones acerca de las distintas variedades plantadas y el ecosistema al que pertenecen. Al incluir en esta idea la actual zona ajardinada más próxima al centro y potenciarla en todo el perímetro, lo previsible es que la estructura del parque cambie y que, por lo tanto, sea difícil aprovechar la cartelería original. A esto habría que añadir que el vandalismo se ha cebado con estos elementos, de los que a estas alturas apenas queda uno sin desperfectos. 
Sea como fuere, Medio Ambiente considera que lo ideal es cambiar toda la cartelería, tanto la grande que informe sobre el tipo de paisaje al que corresponde el diseño en cuestión como la pequeña que especifica a qué especie corresponden las variedades plantadas.