Toque de gloria

I. Pascual / Las Quintanillas
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Nueve campaneros mostraron sus dotes con el badajo al hacer tocar las campanas de Las Quintanillasen una jornada que se completó con la IV Muestra de Folclore 'Camino de Santiago' y un mercadillo

Cayo López, el más veterano de los campaneros, de Villacienzo, hizo su demostración en las campanas traídas desde Saldaña. - Foto: Patricia

 
 
T ente nublo, tente tú, que más puede Dios que tú. Si eres agua ven acá, si eres piedra, ve para allá. A esta letra, de la que tanto sabían los agricultores de antaño en nuestros pueblos, pusieron ayer música los nueve campaneros que participaron en la demostración de toques de campanas de la iglesia de Las Quintanillas y en otras dos instaladas en el escenario elegido para celebrar la Muestra de Folclore Tradicional ‘Camino de Santiago’, campanas que se trasladaron para la ocasión a esta localidad desde la palentina de Saldaña. 
Desde Villacienzo llegó para hacer sonar el badajo Cayo López; José Antonio Gutiérrez lo hizo desde Talamillo del Tozo y Verónica de la Torre desde Revilla del Campo. Desde Boadilla de Villamar se desplazó Marciano Benito y desde Villandiego Elías Galéron. Todos ellos se unieron a los cuatro vecinos de Las Quintanillas, tierra de buenos campaneros, al parecer, como son Ángel Alcalde, Faustino Tajadura, Máximo Tajadura y Aurelio Tajadura. 
La muestra consistió en un toque obligatoria para todos, que en esta ocasión fue el Tente nublo, que se tocaba para espantar el nublado que podría traer pedrisco para la cosecha y un toque voluntario a elegir por cada participantes. Ahí ya hubo variedad y cada cual eligió un toque a su gusto: a gloria, a muerto, a quema, a perdido o a fiesta, sin olvidar los toques del Ángelus, maitines  y oración. Los campaneros burgaleses, orgullosos de haber conservado una tradición que en la mayoría de los casos, heredaron de sus padres y abuelos, dicen que los toques no eran exactamente igual en todos los pueblos, aunque sí en lo esencial, y recuerdan algunos como el de difuntos: si el fallecido era hombre, se daban tres toques de clamor y dos si eran mujer (esta tradición se mantiene en muchos pueblos) ; si se trataba de un niño menos de 10 años, el toque se hacía con los esquilines, por ejemplo. La muestra se completó con un pequeño mercadillo de productos de alimentación y la Muestra de Folclore, con la presencia de cuatro grupos de danzas.