Las obras en el Castillo dejan visibles estancias de la última ocupación

I.P. / Burgos
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Las actuaciones de Patrimonio Histórico Nacional en la fortaleza de la villa castreña entran en su fase final completando la señalización informativa para facilitar el recorrido

Así queda para ser visitada una de las estancias de la última etapa de ocupación del Castillo, en el siglo XVII. - Foto: DB

Las obras de intervención en el Castillo de Castrojeriz a cargo de la Fundación del Patrimonio Nacional entran en su última fase, en la que se completará la señalización informativa.

Después de casi nueve meses, las actuación de la Fundación en la fortaleza medieval hará visibles para el público algunas de las estancias de la fortaleza que corresponden a su última etapa de ocupación, en el siglo XVII. Entre las principales actuaciones está la  rehabilitación del pavimento para mejorar el acceso al patio de armas del Castillo, una de las dificultades que era preciso salvar para integrar la fortaleza dentro del recorrido turístico de la villa, como es el propósito de la alcaldesa, Beatriz Francés, ya que una vez finalizado el proyecto de rehabilitación, será el Ayuntamiento quien  gestione las visitas. Un recorrido  que no desmerecerá porque Castrojeriz puede presumir de un gran patrimonio artístico, fundamentalmente, religioso, que incluye la Colegiata de Santa María del Manzano, las iglesias de Santo Domingo y San Juan y las ruinas del convento de San Antón, además de su casco urbano, por cuya calle Real atraviesa el Camino de Santiago.

La actuación en la fortaleza de Castrojeriz supone una inversión de 800.000 euros y cuenta con la ayuda del Ministerio de Fomento, a través del 1% Cultural, del Ayuntamiento y de Adeco Camino.

Asociada a las obras de rehabilitación del Castillo, se ha llevado a cabo una segunda excavación arqueológica, centrada en una superficie de 600 metros cuadrados, así como en el patio de armas  y las torres. En estos lugares se han localizado proyectiles de piedra, fichas de juego cuadradas de hueso pintadas por una de sus caras, placas de hierro con remaches de bronce, hornos, fogones y un aljibe construido entre los siglos XVII y XVIII, con bóveda y muros.