Fallos técnicos en las emisoras de la Policía Local

I. ELICES
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El bloqueo de los canales entorpece la transmisión de información entre agentes y con la sala de comunicación. En la explosión en la Inmaculada hubo problemas de conexión. Dificultan la gestión de las urgencias

La comunicación entre los agentes municipales y de éstos con la sala de la Policía Local que alerta de las emergencias que ocurren en la ciudad es deficiente desde hace unos nueve meses. Desde el último proceso de encriptado que llevó a cabo la empresa de mantenimiento, las emisoras digitales portátiles que llevan los funcionarios -no las de los coches- presentan desajustes técnicos que provocan fallos en las transmisiones, lo cual «puede ralentizar  y dificultar la coordinación entre unidades» a la hora de llegar a cualquier suceso o urgencia que tenga lugar en la capital, según denuncian desde UGT.

La principal queja de los agentes tiene que ver con que «en muchas ocasiones las emisoras se quedan ‘enganchadas’ cuando un agente aprieta el botón para iniciar la transmisión de información, lo cual bloquea el canal de emisión y no permite intervenir a otras dotaciones». Se abre entonces un intervalo de tiempo que en la mayoría de las veces no llega al minuto en el que el flujo de datos entre efectivos y la propia sala de comunicaciones es prácticamente nula.

¿Qué efectos provoca este fallo técnico en la gestión de una emergencia? El primero, que «impide la correcta transmisión de información a los agentes y la conexión de éstos con la sala». Y el segundo, y más grave, que puede entorpecer el despliegue de un dispositivo de intervención eficaz para atender cualquier urgencia. Y es que, «cuando se produce ese ‘silencio’ en los canales de comunicación nadie puede dar su posición y expresar lo que está haciendo en ese momento para decidir quién puede llegar antes» al lugar de un suceso. En resumen, «la información que se precisa para actuar en una emergencia no se dispone a tiempo real para tomar las mejores decisiones».

Por el momento «estos fallos técnicos no han provocado ningún retraso grave, porque si sucede para eso están también los móviles», pero fuentes policiales admiten que  se trata de «un problema que hay que remediar lo antes posible para que la comunicación funcione correctamente ante cualquier emergencia». En todo caso, transmiten un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía en cuanto a que «su seguridad no está en riesgo» por estos problemas de tipo tecnológico.

Los sindicatos han hecho llegar esta «queja generalizada» de la plantilla a la Jefatura de la Policía Local. Desde UGT explican que «ya se ha dado traslado de lo que ocurre a la empresa de mantenimiento» con el fin de que lleve a cabo los ajustes necesarios para normalizar la situación.

Desde la misma central explican que los fallos se dan sobre todo en las emisoras portátiles que llevan los agentes, no en las que están instaladas en los coches.

en un día sensible. Uno de estos episodios de ‘silencio’ en el sistema de comunicaciones de la Policía Local se produjo el pasado 5 de septiembre, cuando tuvo lugar la explosión que provocó la destrucción de dos viviendas en la Barriada de la Inmaculada. La Jefatura ha pedido que se recopilen todas las grabaciones de ese día para llevar a cabo un informe que muestre los fallos técnicos que se dieron ese día en la transmisión de información. Lo cierto es que los agentes municipales llegaron a tiempo a la ‘zona cero’, pero hay que tener en cuenta que el cuartelillo de Gamonal se encuentra a escasos metros de donde tuvo lugar el estallido. Y, en todo caso, el operativo que se desplegó ese día -Policía Nacional, Bomberos, Sacyl, Brigada de Obras, empresas suministradoras y Policía Local- funcionó bien.

Otra de las dificultades sobrevenidas a la que se enfrentan los policías locales a la hora de comunicarse por estas emisoras es que «muchas veces llega la voz de forma distorsionada o entrecortada, con lo que resulta muy complicado entender los mensajes que se quieren dar y que son claves también para atender una emergencia de forma eficaz».

La empresa que posee el contrato de mantenimiento tiene mucho trabajo por delante para realizar los ajustes oportunos. Las fuentes consultadas explican que los problemas comenzaron a detectarse después del último encriptado, llevado a cabo hace algo menos de un año.