El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se sentó ayer con el periodista Pedro Piqueras en una charla en la que se analizaron los puntos más candentes de la actualidad, empezando por el cambio climático, un tema con el que, según aseveró el popular, el Gobierno se muestra más concienciado que nunca, más aún cuando el político llegaba directo de París, donde participó por la tarde en la Cumbre del Clima. De su paso por Francia se hacía inevitable la referencia a por qué España todavía no ha especificado cómo se va a apoyar a París en la lucha contra el yihadismo, a lo que el presidente concretó que «ya se está colaborando con Francia en Mali, República Centroafricana, Turquía, Gabón, Senegal, Irak... Y, en todos los casos, luchando contra el terrorismo».
En este sentido, aclaró que siempre que se quiere una operación militar se fijan los objetivos y los medios «y una vez determinados la OTAN pide ayuda con los segundos». Así, determinó que esa petición formal no se ha producido todavía y que, si se hace en firme «acudiré al Parlamento y buscaré el apoyo del resto de los partidos». Además, recalcó que esta decisión nada tiene que ver con las elecciones porque la «vida y la dignidad de las personas están por encima de todo». Para acabar con el problema desde su origen, Rajoy aseveró que donde hay que trabajar ahora es en Siria y una vez que el conflicto esté sofocado, «ya se verá cómo se avanza en la democratización». Lo que recalcó es que «estoy en condiciones de decir a los españoles que estén tranquilos porque es lo que aseguran los servicios de Inteligencia».
El líder del Ejecutivo recalcó que sus principales preocupaciones estos años han sido que España no fuera rescatada, que no quebrara y el paro. ¿Y la desigualdad? «Es consecuencia del paro y la pasada legislatura más de tres millones de personas perdieron su empleo», aclaró. «Me gastaré el dinero que haga falta en este tema», garantizó. Y en esta línea, insistió en el objetivo que se han marcado de llegar a los 20 millones de empleos en 2020. Y así, adelantó su intención de incentivar los contratos fijos. «Hasta ahora, los dos primeros años no se pagaba la cuota de la Seguridad Social por los primeros 500 euros y ahora lo vamos a ampliar a cuatro años». También manifestó su preocupación por los salarios bajos y apuntó a la importancia de contener los precios y frenar la inflación y se comprometió a bajar el tipo mínimo del IRPF del 19 al 17 por ciento, y del tipo máximo del 45 al 43.
Unidad y soberanía. Cataluña fue también un tema estrella. «Ojalá no haya que aplicar el artículo 155 porque eso implicaría que se ha agredido la Constitución», recalcó antes de añadir que «no quisiera tener que tomar más medidas de las tomadas hasta ahora». Lo que sí enfatizó el presidente es que siempre va a trabajar por garantizar la igualdad, la soberanía nacional, la unidad del territorio y porque se cumpla la ley. «No podría aceptar la declaración de independencia. Solo espero que esto pase pronto porque nos está haciendo daño a todos los españoles y perjudica a la recuperación económica», apostilló. No eludió el origen del problema al ser preguntado sobre su relación con el ahora president en funciones, Artur Mas. «Exigió un pacto fiscal y un referéndum. Eso no lo puede aceptar ningún presidente del Gobierno», zanjó.
Y si el paro ha sido su principal preocupación, la corrupción ha supuesto un caballo de Troya en el PP estos últimos años. «Hemos sido duros con ellos, pero he dejado actuar con independencia a la Justicia. Hemos apuntalado un importante paquete de leyes, como que los corruptos devuelvan lo robado. Estoy dispuesto a tomar las decisiones necesarias para que esto no se vuelva a repetir ene España» dijo.
Después de una «legisaltura muy difícil», aseguró en cuanto a los debates electorales, que «he hecho lo de siempre» y enfatizó que le parece lógico que «de las más de 30 propuestas que tengo», atienda la del líder de la oposición, Pedro Sánchez. «Llego adonde llego», apuntó.