Arquitectura de corte y confección

B.G.R. / Burgos
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Cuatro jóvenes burgaleses están a punto de poner en marcha A-TeePeec, una empresa dedicada al diseño y el montaje de estructuras textiles con las que cubrir desde espacios al aire libre hasta fachadas de edificios

Tejidos técnicos y plásticos que al tensarlos provocan formas dinámicas y expresivas incapaces de conseguir con otros materiales más robustos. Con ellos, se pueden cubrir desde parques infantiles hasta fachadas de edificios, con los que se logra un mayor ahorro energético dada su capacidad aislante, y estadios de fútbol como el Olímpico de Munich, quizás la obra más conocida en esta novedosa rama de la arquitectura. Su uso es frecuente en Europa, en ciudades como Londres, a pesar de contar con una meteorología más adversa que la de España.

Pues bien, esta nueva tendencia llega a Burgos de la mano de cuatro amigos que han puesto su conocimiento al servicio de estas nuevas técnicas de construcción. Víctor Ruiz es el arquitecto y de quien partió la idea de crear una empresa especializada en arquitectura textil; Daniel González es ingeniero de Caminos; Luis Arias, ingeniero civil, y Víctor José Ruiz, licenciado en Administración y Dirección de Empresas (ADE). Un equipo perfecto para poder abarcar todos los aspectos que conlleva el arranque de este proyecto.

La tramitación administrativa para la constitución de la empresa A-TeePeec está ya muy avanzada, a pesar de ser uno de los aspectos que, por sus trabas, más ha dificultado del proyecto. La etapa de formación empresarial se encuentra culminada tras participar en el programa de jóvenes talentos Yuzz, donde han aprendido desde cómo montar una empresa hasta cuestiones de márketing y financiación. Además, acaban de trasladar su lugar de trabajo del ático de uno de sus integrantes a las instalaciones del Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI).

Los primeros pasos en este  ámbito de trabajo los dieron el pasado 27 de septiembre al participar en Expolón 2015, dentro del festival TriBU de arte, gastronomía y música, aunque Víctor ya había desarrollado una estructura textil junto a sus compañeros de carrera que puede verse colgada del techo del vestíbulo de la Escuela Politécnica Superior de Madrid. En estos inicios también han empezado a mantener contactos con la Universidad de Burgos, donde estudiaron los otros tres componentes de la empresa, para valorar en qué medida podrían colaborar conjuntamente con la idea de dar «modernidad» al campus colocando allí alguna de sus instalaciones o coberturas, que además servirían de carta de presentación de sus trabajos para el resto de potenciales clientes que buscan.

Porque la tarea no es fácil, ya que hay que convencer que este tipo de materiales son más caros que los convencionales, aunque a largo plazo salgan más rentables. En los espacios al aire libre estos tejidos técnicos y plásticos ofrecen protección solar e impermeabilización, mientras que en su aplicación a la edificación permiten ahorros de hasta el 50% de energía en climatización. Y hay también más posibilidades, como en elementos interiores de control solar, construcciones temporales para ferias o exposiciones, cobertura de terrazas de hostelería y en decoración del hogar.

Diseño y mantenimiento. Vistas las aplicaciones y con las ganas que tienen de empezar a trabajar, estos cuatro emprendedores quieren «cuanto antes» dar de alta a la empresa. No cuentan con una inversión inicial elevada porque, según explica Víctor José, «preferimos arriesgar tiempo a dinero». Por ello, se ocuparán del diseño, el montaje y el mantenimiento de los elementos y las estructuras, mientras que subcontratarán el proceso productivo, tanto el patronaje como el corte y soldado de las telas.  

No hace mucho que acabaron sus carreras y visto el panorama laboral, han optado por el emprendimiento como alternativa profesional porque «prácticamente era la única salida». El mercado que quieren explorar no está muy extendido, ya que aseguran que solo hay otras dos firmas de esta especialidad en Madrid, una en Barcelona y una cuarta en Valencia. A todo ello, se suma también un espíritu emprendedor que comparten los cuatro y que ya habían ejercitado con la participación en cursos de formación.

Los trámites burocráticos están siendo los más costosos, no solo por el tiempo empleado sino porque «desde el primer día ya estás pagando impuestos, con independencia de lo que ganes», a diferencia de lo que -aseguran- que ocurre en otros países: «La diferencia es abismal y las posibilidades que ofrecen en el extranjero son mil veces superiores».