Los 23 individuos de El Mirador se parecen a poblaciones alemanas

C.M. / Burgos
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Los investigadores han llegado a esta conclusión después de analizar el ADN de los restos encontrados en esta cueva, que se usó como sepulcro hace 4.400 años, y compararlos con otros recogidos en yacimientos de Alemania

Poco a poco se van conociendo más datos sobre los usos que tuvo esta cueva. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

 
El yacimiento de la Cueva de El Mirador funcionó como una cámara dolménica hace 4.400 años, en el periodo Calcolítico (entre el Neolítico y la Edad del Bronce). Hasta el momento los investigadores han conseguido sacar a la luz los restos de 23 individuos y las primeras pruebas de ADN confirman que tienen parecidos con las poblaciones neolíticas alemanas. Las razones de esa similitud las determinarán nuevos estudios, así como también si pertenecían o no a una misma familia o a un mismo grupo. 
Los restos encontrados se encuentran en muy buen estado de conservación. Pueden verse diferentes partes del cuerpo (el fémur derecho ha servido para determinar el número de individuos), sin embargo los científicos estaban extrañados de que faltaran varios cráneos. El misterio ha quedado resuelto esta campaña al seguir excavando más a fondo: estaban colocados en las paredes de la cueva debido a la reutilización del sepulcro. Se han recuperado ocho. «El cráneo es el elemento que tiene más volumen, como el sepulcro se iba reutilizando, el cráneo molestaba en la zona central y lo apartaban. De este modo, en la parte central de esta cavidad los cuerpos aparecen en conexión anatómica y hacia el perímetro aparecen huesos sueltos. Siempre es la misma dinámica. Sería un poco como pasa en los cementerios actuales», apuntó Josep María Vergés, coordinador de las excavaciones en este yacimiento. 
Hasta el momento se han contabilizado 23 individuos (uno ha salido a la luz esta campaña) y todo indica que podría ser la cifra definitiva. La mayoría de ellos tienen entre 20 y 40 años y sorprende sobremanera que la escasez de individuos infantiles. «Lo normal es que hubiera más individuos infantiles, debido a que la mortalidad a esas edades era alta, pero hay 3 o y el resto son adultos», añadió el investigador. 
Tampoco se ha determinado cuántos son hombres y cuántas mujeres y si estaban o no emparentados. «Si eran de la misma familia el enterramiento se prolongaría durante muchos años pero si son de una comunidad o de distintos grupos familiares sería un periodo más corto. Hasta ahora nos hemos centrado más en caracterizar a la población para ver a qué otras poblaciones se parecen y no tanto el sexo».
Precisamente, los análisis de ADN practicados a estos restos fósiles han puesto de manifiesto su enorme parecido con los grupos del Neolítico de Alemania. «Parece que hay relaciones con Alemania, no se sabe si unos bajan o otros suben... Tenemos que seguir trabajando sobre el tema. El ADN está bien conservado, lo que permite obtener mucha información».
Vergés aseguró que el estudio genético de las poblaciones requiere mucho tiempo y, además, es una disciplina relativamente reciente. «Todos los datos nuevos que obtengamos son muy interesantes y permitirán establecer el mapa genético». 
Precisamente, la revista científica Postone publicará próximamente un artículo sobre la genética de los individuos de la cueva de El Mirador. Y es que este yacimiento tiene una de las secuencias más completas y antiguas del Neolítico de la península. Las secuencias están completas y separadas, lo que permite hacer una radiografía cultural y ambiental de los antiguos pobladores. 
Otro detalle que ha llamado la atención de los investigadores es que los restos no tienen ofrendas junto a ellos. «Eran muy austeros. Solo hemos encontrado tres cuencos lisos sin decoración, conchas fluviales nacaradas, candiles de asta de ciervo y una aguja para el moño de hueso».