Cuatro siglos de historia

Aythami Pérez
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El monasterio de San Pedro de Cardeña abre las puertas a su pasado. Fernando Suárez y Jacinto Campillo fueron los encargados de inaugurar las ponencias

Fernando Suárez, intervino ayer con su ponencia sobre ‘La Castilla condal’. - Foto: Luis López Araico

 
A 10 kilómetros de Burgos, en Castrillo del Val, se encuentra esta abadía trapense reconocida como Bien de Interés Cultural en 1931. Sus puertas siempre están abiertas y tras ellas nos esperan monjes entregados a la labor de acercar la historia del lugar a los visitantes. Pero ayer y hasta el día 25 de este mes, permanecerán abiertas con la intención de estudiar sus cuatro primeros siglos de historia. 
Por tratarse de un signo en la historia de Castilla, la Universidad de Burgos ha organizado un curso de verano en las estancias del monasterio en el que, a través de diversas ponencias, se estudiará su pasado desde los orígenes hasta el siglo XIII, cuatro agitados siglos, ya que, como señala el arqueólogo, investigador y profesor de Historia, Jacinto Campillo, «el monasterio de San Pedro de Cardeña es una fundación del siglo IX». 
El curso comenzó ayer con la ponencia del catedrático de Historia del Derecho y rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Fernando Suárez, con la conferencia La Castilla condal. Durante la misma esbozó un panorama general de la situación de las tierras de Cardeña, del origen de Castilla y de su configuración en el reino. Hizo un repaso del panorama desde Alfonso III, cuando se hizo el primer intento de repoblar estas tierras, hasta la herencia de Sancho III ‘El Mayor’, quien convierte a Castilla en un reino. Para Suárez el monasterio constituye un elemento fundamental porque da prueba de un hecho, «los reyes se dieron cuenta de que los castillos no eran suficiente para controlar un territorio, no bastaba la fuerza militar, era necesario un asentamiento humano, agrícola e incluso cultural. Esto es lo que aportan los monasterio benedictinos».
La segunda ponencia fue impartida por Jacinto Campillo, investigador en arqueología e historia y profesor en el instituto Diego Marín Aguilera. La materia sobre la que versó eran las raíces arqueológicas del entorno del monasterio porque como él mismo apunta: «en el cenobio no hay restos arqueológicos». La importancia de estos vestigios, como explica Campillo, reside en que esta era una zona de paso desde la cuenca del Duero hacia la del Ebro y eso ha traído consigo una gran variedad de culturas en el lugar desde la prehistoria hasta la Alta Edad Media, aproximadamente hasta el siglo X». Con esta charla se pretendía apreciar si la zona estaba poblada en la etapa anterior a la fundación del monasterio. Y lo estuvo, pero la comarca de alrededor. Lo que en palabras de Campillo no significa descartar que el lugar del monasterio estuviera poblado pues «a la vuelta de un tiempo puede que aparezcan restos que nos demuestren lo contrario». Entre los restos que se han encontrado por sus alrededores hay vestigios del Paleolítico, del neolítico o yacimientos romanos.
El monasterio de San Pedro de Cardeña llegó a consolidarse como un extenso señorío de carácter jurisdiccional y económico, por lo que es un hito en la historia de la Castilla condal. El pasado del lugar queda magnificado con su relación con Rodrigo Díaz de Vivar, plasmada en el Poema del Mío Cid. El curso, con una veintena de asistentes, pretende destacar los aportes a la Historia del Arte, enseñar a ver y apreciar el conjunto del monumento y  distinguir y estimar cada una de las etapas de su historia.