La muerte de dos octogenarios en la residencia mixta de la Junta tras haberse producido en el centro una intoxicación alimentaria que afectó a 28 personas sigue muy patente en el complejo asistencial. De hecho, en los últimos días han estado especialmente atentos ante la aparición de algunos nuevos casos de diarrea en un número que se sale de lo habitual en verano y entre personas de avanzada edad y con diversas patologías. Es por ello por lo que la Junta ha solicitado que se recojan nuevas muestras de heces a los internos afectados para poder determinar el origen de estos nuevos episodios y, si es preciso, establecer la posible relación con la intoxicación alimentaria de hace casi dos semanas producida por una bacteria.

Aunque este tipo de episodios de descomposición no son extraños en el centro, la cercanía en el tiempo con el anterior ha hecho que se soliciten los análisis, aunque en la residencia no se ha establecido por el momento ningún protocolo específico. Ya la Junta, a través de Sanidad y de Familia, aseguró la semana pasada que la bacteria había surgido por una inadecuada manipulación de la carne (no se enfrió ni calentó como se debía) y que no existía riesgo alguno de contagio.

Con todo, y dada la delicada salud en la que están muchos de los internos, estos nuevos episodios de descomposición han obligado incluso a hacer hasta cinco traslados al hospital en los últimos días, algo que tampoco es tan extraño, ya que ante las muchas patologías que tienen los ancianos el agravamiento de su estado es rápido al mínimo problema.

 

Explicaciones. El caso de la residencia mirandesa será también tratado en la Cortes de Castilla y León. Y es que el PSOE ha solicitado la comparecencia de la consejera de Familia para dar explicaciones sobre el caso, criticando «la tardanza con la que la Junta comunicó lo ocurrido» y solicitando las medidas adoptadas para «garantizar que hechos así no vuelvan a repetirse».