La colaboración de diferentes instituciones como el Ayuntamiento, Fiscalía de Menores, la Policía Local, asociaciones como Promoción Gitana y los propios centros educativos está consiguiendo controlar las tasas de absentismo en la ciudad y que la mitad de los absentistas no falten a clase o sus ausencias sean muy esporádicas, según se puso de manifiesto en la reunión que ayer celebró el Consejo Escolar Municipal de Burgos, un órgano consultivo en materia de educación dependiente del Ayuntamiento de Burgos y en el que están representados todos los sectores que forman parte de la comunidad educativa.

Durante el curso 2012-2013 se realizó un seguimiento a 360 alumnos (228 chicos y 150 chicas) de los 24.737 matriculados en las enseñanzas obligatorias en la ciudad, lo que supone el 1,46%. El trabajo institucional logró que 180 (el 50%) ‘se recuperaran’ y abandonaron la categoría de absentistas. Por el contrario, hay un centenar de escolares (0,40%) que falta a clase más del 20% del horario lectivo. Los otros 63 se trasladaron a otras ciudades o provincias.

Educación establece considera que hay absentismo total cuando un alumno falta más del 75% de los días lectivos a clase; severo, entre el 40 y el 75%; medio, entre el 30 y el 40%; y leve o intermitente entre el 20 y el 40%. Desde que se pusiera en marcha la Comisión de Absentismo el curso 2001-2002 nunca se ha superado el porcenjate del 2% de absentistas sobre la totalidad de la matrícula y el máximo de alumnos en seguimiento ha sido de 401. En los últimos tres cursos los datos parecen haberse estabilizado. Por ejemplo, en 2011-2012 el porcentaje fue del 1,34% (328 absentistas); en 2012-13, de 1,42% (349) y en 2013-2014, el 1,46% (360). En el informe se pone de manifiesto que algunos centros han sido «demasiado rigurosos» y han remitido datos de absentismo de menos del 20% de faltas, lo que ha elevado el porcentaje.