Pueblo abandonado busca inversor

H. Jiménez / Burgos
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Una empresa que posee la mayoría de la localidad busca socios capitalistas para desarrollar un complejo de turismo rural en Bárcena de Bureba, despoblado desde los años 80

La mayor parte de las casas están semiderruidas y sus calles sin asfaltar. - Foto: DB/Miguel Ángel Valdivielso

«Se vende, a reformar. Cerca de todos los servicios. Muy bien comunicado. Luz y agua a pie de propiedad». No es el anuncio de una vivienda unifamiliar, ni siquiera de una parcela vacía a las afueras de la ciudad. Lo que se anuncia en una página web es un pueblo entero de la provincia de Burgos. O para ser más exactos, 75 de sus casas y anexos.

El portal aldeasabandonadas.com incluye entre sus anuncios desde hace unos días la venta de una localidad burgalesa «cerca de Madrid». En realidad no es que esté a la venta, pues sus propietarios no quieren desprenderse de la propiedad, pero sí está buscando inversores que puedan contribuir a su resurrección.

Bárcena de Bureba, que resulta ser ese lugar, es uno de las decenas de pueblos del silencio, de lugares abandonados cuyas ruinas languidecen y donde solo hay ya recuerdos de quienes un día lo habitaron. Solo en la provincia de Burgos se calcula que hay casi 70, pero el caso de Bárcena es especial porque hay planes para él.

Este periódico se puso en contacto primero con el portal inmobiliario y posteriormente con los propietarios para intentar recabar algo más de información. Y aunque los dueños prefieren desarrollar el proyecto lo más discretamente posible e incluso no facilitan el nombre de Bárcena en el primer vistazo a la web, han confirmado que su pretensión es devolver la vida, lo más pronto posible, a un lugar que tiene condicionantes sentimentales para ellos porque su familia procede de la zona.

De hecho, hace un par de años se celebró una boda en el exterior de la iglesia y la fiesta todavía es recordada en los blogs donde se habla del pueblo. Esa misma familia es la que, a través de una empresa llamada Restaura Bárcena S.L., con domicilio en Vitoria, que incluso ha solicitado permiso para arreglar la cubierta de la iglesia de la localidad, pretende llevar a cabo un proyecto vinculado al turismo rural. Se trataría de convertirlo en un complejo de ocio con distintos servicios, pero su ambición dependerá de si son capaces de adquirir las casas que les faltan (alrededor del 10% del pueblo) y que están dispersas en manos de distintos propietarios cuánta financiación sean capaces de recaudar y cómo se desarrolle la idea.

En estos tiempos es difícil encontrar a alguien que ponga dinero casi para cualquier cosa, y más para un proyecto que todavía está en el aire y que entraña cierto riesgo pues se trata de buscar una rentabilidad a medio plazo. Pero dada la complejidad de la situación en España, fuera de nuestras fronteras puede ser más fácil encontrar inversores.

Por eso el anuncio en la página web pretende servir de trampolín para empresarios orientales, americanos o de donde fuere, que no habrán oído hablar en su vida de Burgos, y que estén interesados en montar un gran complejo de agroturismo a los pies del páramo castellano.

Bárcena de Bureba está en la carretera que desciende de Masa hasta la Bureba y pertenece al ayuntamiento de Abajas. Es una zona de cárcavas de tierra rojiza, a caballo entre la llanura y el monte, y tiene la entrada por un camino de tierra que parte de una curva donde está el cartel indicador.

Unas rodadas en el acceso y un grafiti que parece más o menos reciente dan fe de que por allí de vez en cuando se acerca alguien. Una nevera tirada entre la maleza, un abrigo viejo entre el barro y un periódico deportivo que anuncia la vuelta a la presidencia del Barça de José Luis Núñez demuestran que en los últimos años ha habido poco movimiento.

El paso del tiempo ha derruido en mayor o menor medida la gran mayoría de las casas de Bárcena, muchas de ellas con dos plantas, aunque la piedra caliza característica de la provincia con la que están levantadas las permite resistir mucho mejor que si hubieran sido construidas con materiales menos nobles.

Según relata Juan Luis Royuela en su blog pueblosabandonados.com, el pueblo quedó del todo abandonado en los 80. Pero había recibido la puntilla 20 años antes cuando el tendido de la luz llegó hasta la entrada del pueblo pero no pasó a su interior. Unos cuentan que fue decisión del alcalde. Otros, como apunta Javier Gómez Crespo en Tierras de Burgos citando a su vez a Elías Rubio, culpan de la errónea decisión a una votación popular que calculó que no compensaba la inversión en semejante novedad tecnológica. Y es probable también que llegara tarde la ubicación de una estación del Santander-Mediterráneo en el cercano Arconada.