Decenas de trabajadores del hospital asistieron ayer a la reunión convocada por la dirección para explicar el funcionamiento de las unidades de gestión clínica, el nuevo modelo de servicio que Sacyl va a desarrollar en la región y que, en Miranda, de momento, se está planteando para el área de Urgencias. Su coordinador, Joaquín Fernández Valderrama, propuso que el sistema se implante durante seis meses para valorar su funcionamiento y después, si sus trabajadores están de acuerdo, se tramite su implantación definitiva. También expuso que los empleados de la unidad no van a cobrar incentivos ni se va a cambiar la relación jurídica del trabajador con la empresa. Sin embargo, según los sindicatos, en el turno de preguntas, el coordinador «evitó contestar preguntas conflictivas» y tampoco se aclaró ni cómo serán las votaciones (si a mano alzada o en secreto) ni cuándo se votará.

La propuesta no convence a los sindicatos del área de Salud de Sacyl (CSIF, USAE, SIS-Cyl y CGT) que ayer, tras la reunión, incidieron en que este sistema va a suponer un ahorro de dinero a costa de «ahorrar en personal y en materiales, lo que repercutirá en los usuarios». También denuncian que con este modelo «ya nos dicen que nunca se aumentará la plantilla» que ahora mismo en el Santiago Apóstol «ya está en mínimos históricos de interinos y eventuales». A su juicio, estos serán los trabajadores que, por miedo a perder su trabajo, aceptarán formar parte de las unidades de gestión,  mientras que a los fijos «se les dará otro puesto».

Más de un centenar de personas secundó ayer a primera hora la concentración convocada en el hospital por colectivos sociales en contra de las unidades de gestión, un gesto que agradecen los sindicatos, que también convocarán un calendario de movilizaciones. 

Por otro lado, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo número 1 de Burgos ha estimado las pretensiones de los sindicatos, obligando al hospital a conceder dos días de permiso retribuido al personal de los turnos rotatorios y nocturnos, un derecho por el que han luchado desde 2010. Salvo órdenes contrarias, el gerente del hospital «concederá» esos días de permiso al personal afectado, que son aproximadamente la mitad de las más de 400 personas que trabajan en el hospital.