«Saber que solo vale el ascenso, más que presión, es un aliciente»

Raúl Canales / Miranda
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Jordi Pablo Ripollés espera reencontrarse en Anduva con las sensaciones que en su día le llevaron a ser considerado una de las promesas del fútbol español

Jordi Pablo posa con la camiseta rojilla junto al consejero Roberto Martín. - Foto: N.E.

Esta temporada en el Mirandés el objetivo es claro y todos los recién llegados lo interiorizan desde el primer día. En el vestuario rojillo solo se piensa en el ascenso, y no como una posibilidad, sino como una obligación que la plantilla se impone y asume con naturalidad. «Sabemos que tenemos que estar arriba sí o sí», reconoce Jordi Pablo Ripollés, centrocampista que ha recalado este verano en el club rojillo procedente de La Roda. 
 
Lejos de atenazar, partir con una meta tan alta supone una motivación añadida para los jugadores. «¿Presión? Sí, pero de la buena, porque todos los jugadores queremos siempre pelear por estar arriba», apunta Ripollés, que en lo individual, ha experimentado un cambio drástico respecto a la pasada temporada en cuanto al nivel de exigencia, ya que con La Roda luchó por eludir el descenso, aunque finalmente los manchegos  perdieron la categoría. «Jugar para subir es un aliciente», afirma con rotundidad. 
 
Por este motivo, no oculta su felicidad por haber recalado en Anduva, donde espera reencontrarse con las sensaciones que en su día le llevaron a ser considerado una de las promesas del fútbol español, una etiqueta truncada por las lesiones, de las que hace ya dos temporadas que se ha olvidado. Ahora, espera devolver la confianza que Carlos Terrazas ha depositado en él. 
 
Centrocampista de marcado carácter ofensivo, Ripollés ha firmado por una temporada. Puede actuar tanto como organizador en el centro del campo o en las banda, pero siempre en posiciones de ataque . «Es un jugador creativo, con mucha calidad y proyección», asegura  el técnico y manager general de la entidad rojilla. 
 
El hecho de ser una plantilla totalmente renovada, ya que la mayoría son caras nuevas, puede afectar al rendimiento inicial del equipo y a las aspiraciones de estar en los primeros puestos desde el arranque. «La pretemporada está para eso, para que poco a poco todos nos conozcamos mejor. Es importante el trabajo de estos meses y por ahora, la cosa va bien, así que no creo que tengamos problemas para acoplarnos», apunta Ripollés. 
 
Sondear sin prisa. El primer equipo regresó ayer a los entrenamientos con una doble sesión en la que Carlos Terrazas ensayó por la mañana algunos conceptos futbolísticos en el anexo de Anduva. 
En espacios reducidos, el entrenador dispuso ejercicios de posesión y presión, enfocados a mejorar la circulación de la pelota. Mientras, al margen del grupo, Álvarez de los Mozos dirigió los trabajos específicos del único portero de la plantilla, Imanol Elías. 
 
Por el momento, no se esperan incorporaciones de forma inmediata. «No quiere decir que estemos parados, se está trabajando pero no tenemos prisa», reconoce Carlos Terrazas, a la espera de que se decida finalmente el futuro del Zaragoza y por lo tanto, la categoría del Mirandés.