El Real Madrid, dominador de las tres últimas ediciones de la Champions, inició ayer un nuevo camino a la Historia con una exhibición de fuerza en su mejor encuentro con Lopetegui, con un fútbol coral que atropelló a un semifinalista de la pasada edición, la Roma, tumbado por Isco, Bale y Mariano.

El arranque del ‘rey de Europa’ no decepcionó. Una nueva era sin Cristiano Ronaldo nació en un Santiago Bernabéu donde la Liga de Campeones siempre tiene un sabor especial. Mientras el portugués se marchaba expulsado entre lágrimas de Mestalla, en su antigua casa, sus excompañeros daban espectáculo con un juego colectivo y solidario, un bloque unido en el que brillan muchos y demuestran que el conjunto blanco no ha perdido potencial.

Su primer examen no era sencillo. Un semifinalista de la pasada edición como el equipo transalpino, aunque inmerso en un mar de dudas. Con un estilo por definir y sin confianza. Añorando las figuras de Nainggolan y Strootman en su centro del campo, donde tampoco ayudó la baja de Pastore. Le quemó el balón y nunca encontró salida a la presión madridista. Modric adelantó unos metros y al unísono se movieron las líneas para recuperar el balón en terreno contrario y generar peligro continuo.