Endesa defiende que no se le puede culpar de la situación de Montefibre

G.A.T. / Miranda
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Asegura que no se niega a negociar para permitir que la actividad se retome, pero que no puede asumir ante sus accionistas la renuncia a una deuda cifrada en 7 millones de euros

La planta de fibras sintéticas necesita el funcionamiento de la cogeneracón para poder producir. - Foto: Alberto Rodrigo

Endesa tiene claro que no puede renunciar a los 7 millones de euros de deuda que tiene con ella Montefibre ni al derecho de prenda que se firmó con la empresa para ser un acreedor privilegiado por haber facilitado en su momento las condiciones para la actividad de cogeneración. No se cierra a negociar las fórmulas y plazos del cobro de esa deuda,  pero mantiene su legitimidad a percibir lo que Montefibre se comprometió aceptando el derecho de prenda sobre la producción eléctrica, más en caso de que la compañía vuelva a reabrir con el objetivo de ser rentable como propone el proyecto presentado por el potencial comprador, Praedium.

Así lo trasladan fuentes de la compañía eléctrica inmersas en la negociación, explicando a este periódico que «no se puede pretender cargar la responsabilidad en Endesa» de lo que ocurra con Montefibre, ya que la situación que atraviesa la planta mirandesa «es en cualquier caso consecuencia de la gestión de los que han sido sus administradores». «Decir que es Endesa quien cierra o abre Montefibre es faltar a la verdad», se explica.

Del mismo modo, en la dirección de Endesa se entiende que si hay una empresa compradora, ésta sabe desde el momento inicial en qué condiciones está Montefibre, y en particular la existencia de la deuda y del derecho de prenda que existe con Endesa, por lo que no puede pretender una renuncia a una deuda existente con otra empresa para mejorar sustancialmente las condiciones de adquisición de la planta a costa de los acreedores.

Defienden en la eléctrica su «derecho» y su «obligación» a defender también los intereses de su compañía, y la «irresponsabilidad» que sería renunciar a la deuda en este caso tanto por las cuentas a rendir con sus accionistas como por el agravio que sería para otras muchas situaciones complejas que tienen en otras plantas del país de las que dependen también muchos empleos. Por ello creen que el camino es la negociación, ya que aseguran que están abiertos estudiar y analizar «las fórmulas» que permitan la reapertura de la planta, pero también el respeto a sus derechos que pasan porque si se reabre la cogeneración ellos deberían también empezar a percibir la cantidad adeudada.

Plantilla

Por su parte, entre la plantilla ha sentimientos de engaño, de tomadura de pelo, de agotamiento o de desesperación... ya que ayer vivieron de nuevo con sorpresa -la poca que ya les debe quedar- un nuevo cambio de rumbo. Y es que lo que hace apenas un mes era una intención clara del futuro comprador, Praedium, por reiniciar la actividad sin la planta de cogeneración al no haber entrado Endesa en el convenio de acreedores, ayer era algo inviable.

«Endesa tiene la llave. Estamos en sus manos, ellos son los que van a decidir si nos vamos más de 200 personas a la calle o si seguimos teniendo un trabajo», resumía el presidente del comité de empresa, Pedro Abellán, que recordaba que ya el propio comité consideraba que la opción planteada por Praedium y Montefibre de desligar al gigante eléctrico del futuro de Montefibre era harto difícil. «Sabemos cómo es la planta en la que trabajamos y lo que necesita», resumía.

Pero tanto el consejero delegado de Montefibre, Juan Carlos Rovira, como el administrador concursal del bufete De Paqual & Marzo siguen trasladando a los trabajadores que la vuelta a la actividad es posible. «El comprador quiere seguir, pero no sabe si habrá acuerdo con Endesa», les trasladan. Mientras, la plantilla sigue gastando su desempleo sin garantía alguna de volver a trabajar, aunque fuera en peores condiciones, pero al menos conservando un empleo.

Vaivenes

Por todo ello no saben a qué se está jugando con ellos cuando lo que era válido hace unos días ahora ya no lo es, y tampoco entienden los vaivenes continuos. Y es que ayer la dirección de Montefibre les comunicó que ahora los despidos a realizar para principios de diciembre dentro del nuevo ERE de extinción que se negocia serán 42, lejos de los hasta 190 que hace días se anunciaron, por lo que los no afectados por la extinción quedarían en el ERE de suspensión que acabará en abril.  

Extinción masiva

Un hartazgo que ha hecho que algunos hayan planteado que se les extinga el contrato ya y así puedan asegurarse el cobro de una indemnización. «La plantilla no puede liquidar la empresa, pero si presentar un la extinción de la totalidad de los contratos; pero esa decisión la tendrá que meditar  la propia plantilla», exponía Abellán.

Y es que la demora en la posible reapertura sigue creciendo, con otro nuevo planteamiento expuesto por la compañía, que ya habla de reabrir «en el primer semestre de 2015», eso siempre que con Endesa haya acuerdo sobre la deuda, ya que si no, las opciones de retomar la actividad fabril son nulas. Cierto es que el plan de viabilidad contempla un hipotético arranque sin la turbina de cogeneración, pero es a largo plazo, y sujeto a que salga adelante la planta de biomasa de Gestamp, que es la que daría el vapor necesario a Montefibre.