La restauración de San Gil se iniciará en octubre y costará 250.000 euros

C.M. / Burgos
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La Junta aportará 160.000 euros y la parroquia pondrá los otros 90.000 restantes. Se rehabilitarán las fachadas meridional y occidental y la escalinata de acceso

La escalinata de acceso al templo se encuentra muy deteriorada y presenta barreras arquitectónicas. - Foto: Patricia

La segunda fase de remodelación de la iglesia de San Gil está más cerca. La Dirección General de Patrimonio tiene ya prácticamente ultimando el proyecto y las obras podrían iniciarse en octubre. Finalmente, tendrán un coste de 250.000 euros, de los que 160.000 correrán por cuenta de la Junta y los 90.000 restantes los aportará la parroquia.

Finalmente, se ha incluido esta actuación en el Programa Uno por uno, que puso en marcha el Gobierno regional para que los propietarios de un bien se implicasen en su restauración, conservación y puesta en valor. «Se trata de dar continuidad a las actuaciones que ya hizo la Junta en el interior y en la zona norte y este de la iglesia y en este caso con la colaboración de la parroquia», apuntó el director general de Patrimonio, Enrique Saiz.

Las actuaciones previstas consistirán en la restauración de las fachadas meridional y occidental y el atrio. También se incluyen diversas actuaciones para mejorar la accesibilidad al templo.

En el caso de la accesibilidad, se barajó en un principio abrir la puerta sur, la más rica artísticamente, pero finalmente se ha desechado para respetar el retablo y la capilla. «Se ha buscado otro acceso, aunque no está resuelto del todo, pero será por la fachada principal en la zona donde está esa especie de torreón u husillo falso junto a la puerta occidental», añadió el director general.

La escalinata de acceso se encuentra muy deteriorada y presenta muchas dificultades para personas con edad avanzada y está vetada para las que tienen alguna dificultad. Es necesario sortear hasta tres tramos de escaleras de piedra, alguno con una docena de peldaños, y muy empinados.

Dos fases

Según explicó Enrique Saiz, la actuación se ha dividido en dos proyectos, uno que lo contratará la parroquia y otro la Junta. De este modo, una parte afectará a la fachada sur, que ha quedado libre de la muralla, tras el derribo del viejo Club de Esgrima, y podrá ser visible y que es muy rica artísticamente. La segunda actuación se centrará en la fachada occidental con el acceso desde el pórtico, que es el más utilizado. «Se eliminará el torreón falso que se hizo en su día y se hará un aseo en el interior del templo», precisó.

Una vez que los proyectos estén concluidos, se podrá solicitar la correspondiente licencia de obras al Ayuntamiento porque ya no es necesario que pase por la Comisión de Patrimonio al estar elaboradora por sus técnicos. De este modo, las obras que corresponde hacer a la parroquia podrían comenzar a finales de septiembre u octubre, mientras que las de la Junta se trasladarían a febrero o marzo de 2015. Al parecer, la parroquia dispondría de dinero para ir acometiendo la reforma. La Diócesis de Burgos aportaría una parte pero el resto tendrá que ser sufragado por los feligreses.

También se restaurarán algunas pilastras y florones de la escalinata y se pedirá colaboración al Ayuntamiento para poder acondicionar el espacio público.

La iglesia de San Gil está considerada por los expertos en arte gótico como la segunda más importante después de la Catedral. Se alzo entre finales del siglo XIII e inicios del XIV sobre otro anterior románico y pegado a la vieja muralla. Situada en pleno Camino de Santiago, los peregrinos entraban al templo por la hoy cegada puerta meridional. Su sobriedad exterior contrasta con su riqueza interior llena de capillas, en especial la de la Natividad, con bóveda calada y retablo renacentista de Felipe de Vigarny, o la del Santísimo Cristo, edificada por Juan de Vallejo. Los refinados sepulcros y retablos escenificaron el paso del gótico al Renacimiento.

300.000 euros en 2005

La actuación que se acometerá este año en la iglesia de San Gil será la segunda fase de una primera restauración que se realizó en 2005 en la que se invirtieron 300.000 euros y que se centró en la eliminación de humedades de la cubierta y la restauración de la capilla de la Natividad.

Tanto las fachadas como los elementos escultóricos de las portadas están muy renegridos por el paso del tiempo y también es necesario reintegrar pequeños elementos que se han perdido.

También las cubiertas del templo presentan algunos problemas, de modo que sería necesario reponer limas y bajantes para evitar posibles humedades por filtraciones. Las vidrieras de los paramentos sur y oeste también se limpiarán y restaurarán cuando se acometan las fachadas.