Un brasero provoca la muerte de un hombre en Campillo de Aranda

I.M.L. / Campillo de Aranda
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Su mujer, que dormía a su lado y que resultó intoxicada por la mala combustión de las brasas, fue la que se percató de que no respiraba y avisó al servicio de emergencias del 112

La vivienda en la que se produjeron los hechos se encuentra en el número 1 de la calle La Ballena, justo al lado de la iglesia parroquial de Campillo de Aranda. - Foto: DB

La sabiduría popular dice que las desgracias nunca vienen solas y debe ser cierto. Al menos eso es lo que ha sufrido una familia ribereña, la de J.V.B, descendiente de Adrada de Haza, y su mujer M.D.P.B. Ambos se encontraban durmiendo cuando, pasadas las 7 de la mañana de ayer, recibían una llamada. Ella respondió y su hermana Pilar, al otro lado del teléfono, le notificó que su madre, que estaba en la residencia de ancianos de Milagros, había fallecido. «Ella se empezó a sentir mal y vomitó, entonces fue cuando llamó a su marido, que no despertaba», relata el alcalde de Campillo, Teodoro Bartolomé. Pensando que le estaba pasando algo al marido, la mujer llamó al teléfono 112 del Servicio de Emergencias, que rápidamente se desplazó hasta el domicilio, en la calle Ballena de Campillo de Aranda. Cuando el equipo sanitario llegó, en una unidad medicalizada, lo único que pudieron hacer por el esposo es certificar su fallecimiento.

Según las primeras mediciones de la calidad del aire, el detector de monóxido de carbono con el que están dotadas las ambulancias del 112 constató que había una elevada concentración de este gas, que puede ser letal si una persona lo inhala durante mucho tiempo. El origen de esta intoxicación del aire provenía de un brasero que habían encendido en la habitación donde dormía el matrimonio. Al haber estado ella también expuesta al monóxido de carbono, presentaba síntomas de intoxicación, por lo que fue trasladada inmediatamente al Hospital de los Santos Reyes de la capital ribereña, desde donde la derivaron al Hospital de Valdecilla para tratarla de la intoxicación. Al cierre de esta edición, la paciente había regresado al hospital arandino, donde continuará recuperándose de la intoxicación.

Al parecer, en la vivienda estaban realizando obras para evitar unas humedades y tenían desconectados los radiadores. Ante la baja temperatura que había en la casa, pusieron una estufa eléctrica y un brasero en la habitación para calentarla. Con el paso de la noche, y la inhalación del aire viciado, el desenlace fue fatal para el hombre. Cuando los sanitarios accedieron a la vivienda, abrieron inmediatamente puertas y ventanas para ventilar el inmueble y, al llegar los bomberos de Aranda, la concentración de monóxido de carbono ya había bajado considerablemente.