En su empeño por reivindicar el pasado de los bosques y también su futuro, la Cabaña Real de Carreros organizó ayer una nueva edición de Iberforexpo, la Exposición Forestal del Sistema Ibérico que alcanzó este año su decimoquinta cita mostrando el amor por los montes y las tradiciones de este colectivo de la Sierra burgalesa. El Comunero de Revenga fue el emblemático paraje donde se desarrolló esta fiesta de la cultura forestal y donde decenas de personas acudieron para disfrutar de ella y de la recreación que realizaron de cómo se trabajaba la madera antiguamente. Primero fue el tumbe de madera al estilo tradicional, con hacha y tronzador y después el acarreo, donde un año más quedó patente la fuerza de los animales. A última hora de la tarde, la madera fue cargada en carros, que tirados por auténticos ejemplares de vacas serranas llegaron hasta Quintanar de la Sierra por un camino.
Antes de la comida, la Cabaña Real de Carreteros hizo entrega de su premio Carretero del Año, que este ha sido concedido a la empresa Kronospan y a la Asociación del Patrimonio Marítimo del País Vasco Albaola. En nombre de Kronospan, en cuyas plantas de Salas y de Burgos trabajan alrededor de 300 personas, recogió la distinción Carlos Navarro, director forestal y comercial de la empresa. «Es un grandísimo orgullo recibir este premio. Kronospan salvó la vida a Interbon y Unopan en un momento complicado y sigue apostando por ellas, convirtiéndolas en plantas referentes en España y en Europa», señaló.
A la hora de recoger su premio, Carlos Navarro lanzó dos mensajes. En uno de ellos habló de la necesidad de madera, de que las cortas no se paren en los bosques, ya que ellos mismos la generan y también recordó que es ahora cuando están pagando el mayor precio por la madera. «En octubre hemos batido el record de producción, transformando cuatro mil camiones de madera de todos los tipos», afirmó. En un segundo mensaje, Navarro señaló que en la actualidad la empresa dispone de 60 personas trabajando en el monte y que necesitan mano de obra.
También recibió el premio Carretero 2014 la Asociación del Patrimonio Marítimo del País Vasco Albaola y que fue recogido por su presidente Xabier Agote. «Sentimos mucha emoción porque este reconocimiento viene desde el cariño», expresó Agote. Este grupo de voluntarios armadores vascos está construyendo en Pasajes la réplica del ballenero San Juan y lo están llevando a cabo de una manera 100% fiel a como se construyó en ese mismo lugar hace 450 años, con los mismos materiales y con la misma manera de trabajo artesanal. Fue esta filosofía la que les llevó a Quintanar, ya que es en la localidad burgalesa donde se elaboraba la pez y donde se va a elaborar para este barco, cuya construcción es un proyecto de San Sebastián Capital Europea de la Cultura 2016.
Durante ayer y el viernes, el productor Eugenio Monesma ha aprovechado para grabar un documental sobre estos animales en peligro de extinción, de los que quedan doscientos ejemplares».