Dos factores explican el crecimiento de la mortalidad en las carreteras españolas. Uno es el incremento de la circulación, contra lo que nada puede hacer la Dirección General de Tráfico. Y el otro es el aumento de las distracciones al volante, el fenómeno «que más preocupa» actualmente a la DGT. De ahí que del lunes y hasta el domingo el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil esté inmerso en una campaña de información y control para evitar los despistes de los conductores.
Para erradicar los descuidos en carretera resulta esencial intensificar la labor sancionadora. Y es lo que está haciendo la Benemérita. El número de multas que ha puesto en los primeros meses del año por usar el móvil al volante asciende a 2.065, frente a las 1.245 que se contabilizaron en el mismo periodo de 2017, lo que representa un incremento porcentual de 65%. A este ritmo, la proyección indica que a final de año se habrán tramitado más de 3.000 denuncias en la provincia por esta causa.
Hasta tal punto le resulta alarmante a la DGT el empleo de teléfonos o navegadores cuando se va conduciendo que ha iniciado los trámites para endurecer las sanciones por este tipo de infracciones. En estos momentos, ser sorprendido con el móvil en la oreja o tecleando un mensaje cuesta 200 euros de multa y la retirada de 3 puntos del carné.
Las cifras no son para tomárselas a broma. Y más en esta provincia. En España un 25% de los accidentes mortales se producen por culpa de despistes o somnolencia. Pero es que en Burgos -tanto en 2017 como en lo que va de 2018- el porcentaje se eleva al 42%, según subrayó ayer el jefe provincial de Tráfico, Raúl Galán, en el cruce de la N-120 con la carretera de San Medel. Fue en ese punto donde él y el subdelegado del Gobierno, Pedro Luis de la Fuente, presentaron la campaña de esta semana contra las distracciones.
«utensilio de muerte». El representante del Ejecutivo central en territorio burgalés hizo un llamamiento a la cautela y a respetar la norma de no usar el móvil, que se ha convertido en «un utensilio de muerte». «Todo lo que no es estrictamente conducir puede terminar en accidente», advirtió.
«En un mundo que se rige por la inmediatez, contestar a un mensaje de Whatsapp nada más recibirlo o consultar Twitter se ha convertido en una tentación», señaló Galán, para avisar después de que «conducir constituye una actividad de riesgo en la que hay que poner todos los sentidos». Y es que al quitar la vista de la carretera durante tres segundos «el coche recorre sin control la distancia que mide un campo de fútbol, con el peligro que eso representa».
La DGT no descansará en esta «batalla» contra el móvil, que se ha convertido en el «enemigo» a batir. No es para menos la obsesión de los responsables del organismo, ya que antes de la irrupción de estos aparatos, junto a los navegadores, los accidentes mortales por culpa de las distracciones suponían el 10% del total, mientras en estos momentos ya representan el 25% a nivel nacional y el 42% en Burgos.