Iberdrola apuesta por cultivos alternativos para generar energía

Ical / Valladolid
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La compañía eléctrica presenta los primeros resultados del proyecto 'Lignocrop', una iniciativa de innovación y desarrollo que pretende la recuperación de tierras abandonadas

Corta y acopio de la plantación de cultivo energético del proyecto Lignocrop en Peñafiel (Valladolid). - Foto: Miriam Chacón (Ical)

Iberdrola presentó los primeros resultados del proyecto ‘Lignocrop’ en su pionera plantación de cultivo energético, ubicada en la localidad vallisoletana de Peñafiel. Precisamente, la residencia de mayores y el colegio público ‘Las Villas’ de dicha localidad serán los primeros centros, cuyas calderas ya están adaptadas a la quema de biomasa, en recibir el producto de la plantación leñosa realizada en la primavera de 2011 y destinada a la generación posterior de energía. Esta iniciativa de innovación y desarrollo apuesta por recuperar tierras abandonadas con cultivos alternativos que permitan crear empleo y riqueza en el entorno rural.

El proyecto pionero tiene como objetivo demostrar la viabilidad técnica y económica-financiera de los cultivos energéticos leñosos, que en el caso de Peñafiel se lleva a cabo de forma experimental en 14 hectáreas de chopos, sauces y robinas. Una primera poda realizada ayer permitirá a los técnicos evaluar si la iniciativa es rentable a medio y largo plazo para generar energía térmica y también eléctrica.

El alcalde de Peñafiel, Roberto Díez, explicó que ahora hay que empezar a hablar con los agricultores y cooperativas para ofrecerles datos de rendimiento de los cultivos energéticos, «presentando una alternativa que cree riqueza en el sector agrario».

Iberdrola procedió ayer a la corta y acopio del cultivo leñoso que se plantó en la primavera de 2011, recogiendo así casi cuatro años después los primeros frutos de un proyecto que pretende optimizar la cadena logística de suministro de biomasa para fines energéticos. El presupuesto del proyecto ‘Lignocrop’ asciende a cerca de tres millones en 60 hectáreas de cultivo energético  con un máximo de doce años de vida útil, repartidas entre Peñafiel (Valladolid), Tahivilla (Cádiz), Molina de Aragón (Guadalajara) y la vega de Granada.

Experimento. El proyecto se extenderá hasta diciembre de 2017, período que se considerá más que suficiente para poder experimentar los parámetros que permitirán a Iberdrola asegurar el control de la eficiencia y los costes de producción, junto a una gestión de aspectos medioambientales claves.
Al respecto, el responsable de Bionergía de Iberdrola Renovables, José Antonio Arrieta, explicó que el proyecto de I+D es uno de los «más ambiciosos» que se llevan a cabo en España con el objetivo no solo de abordar el aspecto técnico desde el punto de vista de la ingeniería agrícola si no en el plano económico.

«Se trata de ver si estos cultivos forestales en terreno agrícola son viables tanto para el propietario de la tierra como para el cliente final, bien en calderas domésticas o de pequeños negocios quemando la astilla de los cultivos leñosos, o bien en centrales de biomasa a nivel de generación térmica, eléctrica o mixta», concretó.

Arrieta reclamó un cambio de la regulación para que sea viable transformar la biomasa en electricidad y además «debe hacerse a largo plazo, pues estas tecnologías requieren planes de negocio a 20 ó 25 años».