Aunque presumen de liderar las ventas de queso fresco tradicional, saben que el pastel del mercado nacional ya está repartido y el futuro pasa por crecer en el exterior. Con ese convencimiento, la estrategia más inmediata del Grupo Arias para su planta de Burgos (antes Quesos Angulo) se centra en su apuesta por el mercado exterior y tiene planificado aterrizar ya «este verano» con sus productos en Portugal. Una apuesta con la que esperan conseguir incrementar la producción de la fábrica del polígono de Villalonquéjar, que se encuentra en este momento a la mitad de su capacidad.
El director general de Mantequerías Arias, Javier Roza, detalló que desde la factoría de Burgos salen al año 6.000 toneladas de queso fresco, lo que representa un 15% de la producción total de este producto en España. 4.000 de ellas se comercializan baja la marca Angulo, con una fabricación que respeta los procesos tradicionales de elaboración, y los otros 2.000 se corresponden con quesos frescos que realizan para grandes marcas comerciales como Carrefour, El Corte Inglés, Eroski o Mercadona. Lo que popularmente se conoce como marcas blancas.
Recientemente, el grupo ha incrementado la carga de trabajo en la factoría de Burgos, donde fabrica el queso fresco Flor de Ronda que antes producía en la localidad malagueña de Ronda. A diferencia del más habitual, en el que se utiliza leche de vaca, en este caso se elabora con la de cabra. Este traslado ha provocado que cinco personas se hayan mudado a la planta de Villalonquéjar con la idea de producir alrededor de 700 toneladas al año.
Pero realmente donde están puestas las ilusiones de una planta que en los últimos años ha mantenido estable una facturación que ha rondado los 20 millones de euros, es en ese aterrizaje del queso fresco en Portugal. Un mercado en el que el grupo entiende que tiene posibilidades ya que es, junto con España, el único país de Europa en la que existe tradición en el consumo de queso fresco. El director general destaca además la calidad como un elemento competitivo que pueden aportar y lo ejemplifica en que la tecnología utilizada en Burgos hace que el producto mantenga sus cualidades durante un periodo que puede llegar a los 40 días. Algo, asegura, que están muy lejos de alcanzar en el país luso.
Las previsiones de ventas en Portugal, modestas para este periodo inicial pero con perspectivas de crecimiento, se sitúan en las 200 toneladas.
¿Y el resto de Europa? En Arias reconocen que les gustaría que la apuesta por las exportaciones fuera más allá y tocar otros mercados como el alemán o el francés, donde creen que la venta de queso fresco podría funcionar y donde los mercados son también más amplios. Aunque para eso es necesario que la dirección Savencia, la multinacional que controla el grupo, decida dar el paso. Algo en lo que no se está en este momento.
En la actualidad, Arias tiene, además de la planta de Burgos, otras cuatro fábricas repartidas por España.En Valladolid, Albacete, Ronda (Málaga) y Oviedo. Es esta última la que más alegrías da a la compañía, aunque entre las 5 facturaron el año pasado 125 millones de euros.
INVERSIONES
El director general de Arias destaca, además, que pese a que la fábrica de Burgos es relativamente nueva (se inauguró en 2006), la compañía no ha dejado de la dado las inversiones para la mejora de la maquinaria y destina a este apartado alrededor de 400.000 euros cada ejercicio. Y en los nueve años que lleva activa, incluyendo el esfuerzo económico realizado para su apertura, la cifra se dispara hasta los 30 millones de euros.
Desde la empresa, no obstante, reconocen que para que la fábrica de Burgos dé más alegrías, es necesario crecer en ventas en el exterior. Y es que no dejan de admitir que se abrió una planta pensada para producir hasta 12.000 toneladas de queso fresco al día y en este momento fabrican 6.000.