No fue la esencia de su programa lo único que comprometió ayer Pedro Sánchez en Burgos. Aprovechó la visita a la ciudad para entrevistarse con representantes y trabajadores de Campofrío, empresa arrasada hace una semana por el fuego. Además de su reiterar su solidaridad, el líder socialista prometió su implicación y esfuerzo en este asunto. «Haremos todo lo posible desde las administraciones y desde la oposición para intentar buscar soluciones, para que se mantenga el empleo y la inversión anunciada en la planta burgalesa. Es verdad que se produjo un incendio devastador, pero lo más valioso, que es el capital humano, que son todos los trabajadores y su dirección, se conserva, sigue vivo, con una actitud positiva, esperanzadora, de optimismo», apuntó.

Subrayó Sánchez el carácter competitivo de Campofrío, «que es un ejemplo de relación laboral». Asimismo, destacó «la alianza» existente entre el Consejo de Administración de Campofrío y los trabajadores para «intentar poner la primera piedra de la nueva planta en cuanto se pueda y volver a reindustrializar esta fábrica, Burgos y Castilla y León».

«El PP tiene miedo»

Por su parte, Luis Tudanca, secretario del PSOE de Castilla y León, que acompañó a Sánchez a Campofrío, subrayó el mensaje de solidaridad del partido a nivel regional y ofreció toda la disponibilidad del mismo para hacer «todo lo que esté en nuestra mano en todas las instituciones para buscar la más absoluta unanimidad en defensa de una empresa y de unos trabajadores y de todo su tejido productivo auxiliar que está afectado en toda la comunidad para que resurja lo antes posible».

Por otro lado, Tudanca, ya en el Hangar, dijo que «por primera vez, en 28 años de Gobierno de la derecha en Castilla y León, ven las orejas al lobo» y que «tienen miedo al cambio y a perder el control del Partido Popular en la comunidad».