Doctorado en ilusión

G. Arce / Burgos
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Los drásticos recortes económicos han afectado al futuro de los investigadores, que se aferran a la vocación y al esfuerzo para trabajar e innovar en la Universidad • El pasado año, 22 alumnos de máster leyeron la tesis

Leticia Oca Casado, del Programa de doctorado de Química avanzada. - Foto: Jesús J. Matías

Leticia Oca Casado / Programa de doctorado de Química Avanzada

«No hay que cerrarse ninguna puerta porque las becas están imposibles»

Leticia Oca es consciente de la dificultad de explicar a los profanos en la materia el campo de investigación en el que se ha especializado. En concreto, participa desde hace tres años en el Programa de Doctorado de Química Avanzada, en el área de química analítica con un grupo de quimiometría y cualimetría. «He trabajado -resume- con migrantes en los alimentos, analizando si estos están controlados por la legislación...», algo así como con detectores avanzados de fármacos, tranquilizantes, clembuterol, entre otras sustancias... «Nuestro trabajo es diferente a lo que se hace en los laboratorios oficiales...», puntualiza esta joven de 28 años, que ayer relató su experiencia universitaria en la jornada ‘El oficio de investigador ’ celebrada en la UBU.

Leticia reconoce que investiga porque le apasiona la Química, dice tomando conscientemente el testigo de Lavoisier (del que se habló en la jornada), el padre de la química moderna, de la ley de conservación de masas y del oxígeno, que terminó gillotinado por su espíritu reformista.

Otro tipo de guillotina,  los recortes económicos, tornan muy complicado que se quede en la Universidad y obtenga una plaza: «Va a estar imposible». «Me animé al doctorado porque me permitía estar en un laboratorio investigando: ver qué pasa, preguntarte sobre un problema, intentar buscar soluciones...», explica esta científica, becada por la UBU.

«Me gustaría seguir en esto pero, con tanto recorte en I+D+i, habrá que tantear una salida a la empresa privada, porque toda empresa debería hacer análisis de aquello que produce... No hay que cerrarse ninguna puerta», ni siquiera el enseñar Química.

Antes, recuerda, había muchas más becas y posibilidades de poder acceder a una. «Ahora es imposible porque no las hay, el cupo es mínimo». Además, todos los grupos de investigación de la UBU sobreviven a base de proyectos y gracias al dinero que obtienen se puede financiar una investigación.

A los titulados que se están planteando el salto al doctorado les envía un mensaje: «Si algo te gusta, hay que intentarlo porque nunca sabes cómo va a salir. La investigación da muchos quebraderos de cabeza, hay que ser muy perseverante y tenaz, tener paciencia e incluso fe, pero es muy gratificante cuando encuentras un resultado».

José Luis de Benita / Doctorado en Educación

«Investigar es una alternativa a un mercado laboral muy complicado»

La literatura comparada inglesa y francesa en determinados siglos o la aplicación de técnicas teatrales a la educación de lenguas extranjeras, entre otras técnicas, no requieren de un laboratorio pero son la materia del doctorado que desarrolla José Luis de Benita. El paso que ha dado se lo agradece al ejemplo que le han recibido de sus profesores -Blanca Acinas, entre ellos-. «Yo lo que quiero es poder educar en el futuro y la investigación es un autoaprendizaje que te permite luego experimentar vías nuevas en la educación». En su ámbito, detalla, no hay parámetros ni muestreos, sino que confluyen materias tan complejas como la antropología, la psicología, la neurociencia, las inteligencias múltiples... «Hay que intentar entender toda esta amalgama para luego sentarte en un pupitre con 70 personas y darles clase».

Con apenas un año de investigación sobre las espaldas y su pequeña cabina de pruebas en la UBU ya se plantea el acudir a consultar fuentes literarias fuera de nuestras fronteras, en Francia o Inglaterra, durante tres o seis meses. «Voy a ir moviendo las becas de investigación, principalmente en institutos extranjeros...».

José Luis puntualiza que se dedica a la docencia «a tiempo parcial»:da clases extraescolares de preparación de exámenes de idiomas (francés e inglés) en Campolara, Concepcionistas y, en colaboración con la Alianza Francesa, imparte clases en L´Oréal o Grupo Antolín. «Ganó poco pero me paso 14 horas fuera de casa...».

Reconoce que la investigación en el ámbito de las letras «está un poco denostado en España», todo lo contrario que en Francia, «donde el respeto por las Humanidades es alto».

Alternativa. De cara a los que se están planteando seguir su camino, José Luis entiende la investigación como «una forma de formarse» y una alternativa a un mercado laboral complicado en el que existe el peligro de la ‘fuga de cerebros’: «No es necesario que termine en la enseñanza, también está la empresa privada».

Jesús Garoz Ruiz / Doctorado en Química Avanzada

«En la primera semana en la UBU ya quise hacer el doctorado»

Los estudios de Química avanzada que desarrolla desde hace un año y tres meses Jesús Garoz, bajo la dirección de Álvaro Colina y Arancha Heras, se centran en unos compuestos químicos -neurotransmisores- que inhiben o favorecen la enfermedad de la epilepsia. Con 26 años recién cumplidos, la carrera de Químicas y el Máster de Química Avanzada, este joven reconoce que se animó a hacer el doctorado a las primeras semanas de llegar a la Universidad. «Llegué a la Facultad y noté la cercanía de los profesores, la importancia que le daban a la investigación y desde el principio me gustó la sensación de entrar en un laboratorio y aportar tu pequeño granito de arena al bienestar común».

Asegura que siempre hay posibilidad de descubrir «algo importante o necesario para las generaciones futuras». Ese es el principal aliciente de pasar horas y horas en el laboratorio, desde donde aspira a saltar a la docencia o la investigación. «El mundo privado también me llama», adelanta este joven burgalés, que cuenta con una beca del Ministerio de Educación (dos años becado y dos contrato) que le centran en la Universidad.

Nunca se ha planteado el dejarlo, si cabe ha pasado malos momentos «cuando he planteado un experimento y los resultados no daban lo que tú esperabas». «En investigación es tan importante cuando salen las cosas como cuando no, para saber cuál es el camino a seguir...».

Garoz se muestra muy contento con la UBU, donde dice encontrar todas las oportunidades para desarrollar sus investigaciones. «Y me refiero a las instalaciones y a la experiencia y cualidades de su profesorado», dos ámbitos, recuerda, que también fueron valorados a la hora de concederle la beca de cuatro años  por parte del Ministerio de la que ahora disfruta.

A la espera de desplazarse a Inglaterra por un periodo de tres meses para continuar con sus investigaciones, «anima a los titulados a que hagan el esfuerzo de conocer la investigación porque es un mundo que te obliga a descubrir por ti mismo».